La electrificación del mundo de las dos ruedas va viento en popa, y aunque presenta sus propios retos – como es el peso de las baterías – pienso que las motos urbanas eléctricas tienen mucho sentido. Especialmente si cuentan con tecnología de baterías extraíbles o intercambiables, algo impensable, poco práctico o muy complejo en un coche, con baterías que pesan cientos de kilos. Y la moto que protagoniza este artículo ejemplifica el brillante futuro de las motos eléctricas: tiene prestaciones de 250, se conduce con carnet B y puedes cargar su batería en casa.
Silence S01+, un euro por cada 100 km y recarga en casa
Esa moto es la Silence S01+, producida por el fabricante español Silence. Es una moto eléctrica homologada para ser pilotada con el carnet B de coche, es decir, es una moto equivalente a una scooter de 125 centímetros cúbicos. De hecho, la Silence S01+ es una scooter, con forma de scooter y soluciones prácticas propias de una scooter. Dentro de la gama de Silence, es la moto más potente, por encima de la S01 «a secas» – de menores prestaciones – y la S02, de idéntica parte ciclo, pero por potencia y rendimiento, homologada como ciclomotor.
Fotos de las Silence S01+
La Silence S01+ es una moto vendida como premium por su fabricante, y esta versión tope de gama tiene tintes deportivos, con llantas oscurecidas, un tapizado con símil de cuero y pespuntes rojos para el asiento. Con el resto de Silence comparte una mirada LED muy afilada y un faro redondo, además de un parabrisas escueto… y una curiosa «caja» en la parte baja de la moto. No es una referencia al «Juego del Calamar», es la batería extraíble de esta scooter eléctrica, y su principal razón de ser.
Esta batería tiene 5,6 kWh de capacidad, y permite a la moto tener 133 km de autonomía WMTC. Es una autonomía más que suficiente para cualquier moto que se mueve por una ciudad y sus alrededores. Y para muestra un botón: viviendo el centro de Barcelona y yendo a trabajar a sus afueras, hacía semanalmente unos 140 kilómetros. Ahora que vivo en una ciudad mediana como es Gijón y uso la moto sólo para ir al centro de la ciudad o hacer recados puntuales, un depósito de gasolina – con unos 200 km de autonomía – me suele durar cerca de un mes y medio.
Lo realmente interesante de la batería es que es extraíble, y se transporta mediante un trolley integrado en su carcasa. Algo imprescindible, dicho sea de paso, porque pesa la friolera de 41 kilos. Con estos ruedines, podemos subirla a casa, y cargarla en un enchufe doméstico, donde recupera su carga al completo en unas 5-6 horas. Esta batería alimenta de electricidad al motor eléctrico de la moto, montado en su rueda trasera, con una potencia nominal de 7,5 kW (10,2 CV) y una potencia pico que ronda los 12 CV de potencia.
Sin embargo, lo más relevante de este motor es que desarrolla un par motor de unos 30 Nm, propio de una moto de cilindrada superior, y permite unas prestaciones dignas de una scooter de 250 o una 300: hace el 0 a 50 km/h en solo 3 segundos. Su velocidad punta, eso sí, está limitada a 100 km/h para conservar la autonomía de la batería en niveles aceptables. De la parte ciclo no hay muchas pegas, presumiendo de suspensiones Ollé y un sistema de frenado combinado con discos Galfer, de 260 mm en el eje delantero y 240 mm en el eje trasero.
Aunque la frenada regenerativa nos ayudará, el único pero importante de esta moto es que carece de ABS, algo que cuesta justificar en una moto de su orientación, prestaciones y precio. Por lo demás, su plataforma plana y sus ruedas de 15 pulgadas delante y 14 pulgadas detrás ofrecen un buen equilibrio entre agilidad urbana y estabilidad a velocidades más elevadas. El hecho de tener la batería en posición inferior y el motor eléctrico en la rueda permite que bajo el asiento quepan dos cascos, algo muy poco común en las scooter de plataforma plana.
Por cierto, la app MySilence permite localizar la moto, consultar su carga o crear llaves virtuales para que otros usuarios conduzcan la moto. Y ahora tenemos que hablar de precios, porque aquí hay bastante miga. El precio de la moto al contado es de 5.290 euros, pero eso no incluye la batería. La batería podemos alquilarla por 15 euros/mes, o por 2.560 euros, adquirirla en propiedad, llevando el precio total a 7.850 euros. A mayores, Silence nos adelantará hasta 1.300 euros del Plan MOVES, si nos acogemos a las ayudas.
Por contra, una 125 equivalente como una Honda SH125i, tiene un precio inferior: cuesta 4.089 euros y es una de las scooter de plataforma plana más caras. Una Yamaha XMAX 125, abiertamente premium y con un equipamiento excepcional, cuesta 5.499 euros.
Fotos de las Silence S01+