A estas alturas de la película, Singer y sus restomod basados en los Porsche 911 (964) no necesitan presentación. Pero su nuevo proyecto eleva a la enésima potencia todo lo que habíamos visto a la fecha. En colaboración con Tuthill Porsche – empresa británica puntera en preparaciones de rallye para Porsche 911 – han desarrollado y construido el Singer ACS. ACS significa All-Terrain Competition Study, y es lo más cercano al Porsche 959 que compitió en el Dakar a mediados de los ochenta. Es el coche más especial que hemos visto en meses y meses.
Porsche 911
Como siempre ocurre con los restomods de Singer, la atención enfermiza al detalle y las soluciones de ingeniería aplicadas en su construcción nos dejan anonadados. Ya ocurrió con el excelso Singer DLS desarrollado junto a Williams Engineering, y vuelve a ocurrir con el ACS. Este coche es un encargo de uno de los clientes más especiales de Singer, y promete convertirse en una colaboración muy fructífera si hay interés en este tipo de vehículos – el «si» no debería ser un condicional en esta frase. ¿Cuál es la filosofía del Singer ACS?
Es la de un coche absolutamente eficaz en conducción todoterreno a alta velocidad, un coche con el que aventurarse en larguísimas excursiones lejos del asfalto. Un coche diseñado para ser pilotado, no conducido. Un coche capaz de resistir abusos de todo tipo, pero al mismo tiempo, representar la más absoluta excelencia en calidad de construcción, soluciones de ingeniería y atención al detalle. Como siempre en Singer, la base de este coche es un «sencillo» Porsche 911 de tercera generación. Un 964, hablando en el argot de Porsche.
Del coche original se conserva poco más que la forma del habitáculo, algunas piezas del chasis y la mecánica bóxer refrigerada por aire. El resto es una obra de arte e ingeniería fabricada desde cero. Los paneles de su carrocería están construidos en fibra de carbono, son fácilmente desmontables y transforman completamente el aspecto del coche. No solo es monstruosamente ancho y agresivo, combina este carácter rudo con una espectacular reinterpretación del diseño del Porsche 959 que corrió el Dakar en los años 1985 y 1986.
Es especialmente patente en la forma del alerón, que rodea completamente la parte trasera del coche. Mención aparte merecen sus gigantescos guardabarros de goma, su coqueto escape, su difusor de fibra de carbono o sus llantas forjadas de 16 pulgadas, calzadas con enormes neumáticos todoterreno de BF Goodrich. Todo el tren de rodaje del coche ha sido diseñado con la máxima eficacia off-road en mente y ha sido diseñado desde cero. A sus subchasis tubulares se anclan dos amortiguadores por recorrido, con más de 25 cm de recorrido de suspensión.
La suspensión es independiente de horquilla doble, y se han instalado frenos de acero ventilados para la mayor eficacia posible. El sistema 4×4 del coche ha sido desarrollado por Tuthill Porsche y no se parece en nada al de ningún otro Porsche 911. Está acoplado a una caja de cambios secuencial de cinco relaciones, que el piloto puede cambiar mediante una palanca o levas tras el volante. Se ha instalado un freno de mano hidráulico para poder derrapar con facilidad y permitir un grado extra de control. Y aún no hemos hablado del motor.
Como claro homenaje al Porsche 959, estamos hablando de una mecánica Metzger de 3,6 litros y refrigeración por aire, sobrealimentada por dos turbocompresores. Sus mariposas de admisión se controlan de forma electrónica, y «beben» aire de una preciosa admisión esculpida en fibra de carbono. Este puntiguado motor desarrolla 450 CV de potencia, pero tiene recorrido para desarrollar mucha más potencia, según Tuthill Porsche. No podemos pasar por alto el habitáculo: espartano y funcional, pero con una extrema atención por las cosas pequeñas.
La instrumentación es digital, y cuenta con una pantalla para facilitar la navegación al copiloto. Los baquets son específicos, así como lo es el el volante, de precioso diseño. Aun imperando la función sobre la forma, Tuthill y Singer han incluido materiales de acabado perfecto y toques de color que indican que esto es mucho más que un coche de carreras. En resumen, es un coche ante el que todo petrolhead debería quitarse el sombrero y hacerle reverencias. Un coche que soñamos pilotar en una playa o un desierto.
Fuente: CNET