Cuando piensas en un coche como el Skoda Citigo, no piensas en un vehículo de altas prestaciones: su versión más potente desarrollaba 75 CV como máximo. Existió un Volkswagen Up! GTI con 115 CV de potencia y motor turbo sobre su misma base, pero ni siquiera este puede ser considerado un «hot hatch» de pleno derecho. Sin embargo, el Skoda Citigo del que os queremos hablaros en este artículo es de todo menos inofensivo. 360 CV y tracción total para la «hormiga atómica» diésel que todo amante del motor debería desear.
La Hormiga Atómica es un Skoda Citigo 2.0 TDI con casi 400 CV
Este coche en concreto fue subastado hace unos días por Collecting Cars, por un precio final de 8.970 libras esterlinas. Es decir, por unos 10.000 euros, alguien se ha llevado a casa un misil tierra-tierra capaz de aniquilar a coches mucho más potentes y radicales. El coche en cuestión fue construido por Darkside Developments como mula de pruebas e ingeniería. Este taller especializado en preparaciones diésel y potenciaciones extremas es conocido a nivel europeo por sus coches diésel para carreras de aceleración.
El motor de este Citigo ya no es un tricilíndrico, es un 2.0 CFHD, es decir, un 2.0 TDI del Grupo Volkswagen con inyección common-rail. Un motor que ahora desarrolla la friolera de 280 CV de potencia, dotado con un enorme turbocompresor híbrido firmado por Garrett. Usando inyección de óxido nitroso, este motor altamente modificado es capaz de entregar puntualmente hasta 360 CV de potencia. Todos sus componentes internos han sido profundamente mejorados, al igual que su sistema de alimentación de combustible y escape.
Este TDI atómico se asocia a una caja de cambios manual de seis relaciones y a un sistema de tracción total. Un sistema Haldex con diferenciales autoblocantes Quaife en ambos ejes, necesarios para poder pasar la potencia al suelo de forma fiable. El interior ha sido completamente destripado y presume solo de dos baquets, un volante OMP Corsica y una jaula antivuelco. Sus ventanas son de policarbonato y sus llantas de 17″, procedentes de un Skoda Octavia, están calzadas con semi-slicks Yokohama Advan AO52.
Su suspensión también ha sido modificada, con muelles Eibach. Sus frenos proceden de un Porsche, con discos Brembo y latiguillos metálicos. El conjunto pesa solamente 1.160 kilos – apenas 200 kilos más que el coche de serie – y aunque en estos momentos su MOT (el equivalente a la ITV en Reino Unido) no permite su uso en carretera, si la supera sería posible usarlo para ir a comprar el pan. Con todo, como juguete para track-days y como base para un proyecto de lo más original… es impagable.
Fotos del Skoda Citigo de Darkside Developments