Hace ya varios días que os venimos hablando de uno de los protagonistas más interesantes del canal de YouTube de CarThrottle, un Skoda Octavia de primera generación. Ya os hemos enseñado en otro artículo el estado de su mecánica tras casi 700.000 km – mecánica que jamás había sido reconstruida, incluso su turbo era la unidad original – y cuánta potencia conservaba. El coche fue sometido a un experimento de hypermiling e incluso funcionó con aceite vegetal. Este «héroe de alto kilometraje», como ha sido bautizado, acaba de recibir una necesaria restauración. ¡Parece increíble que parezca nuevo tras 20 años y un viaje de ida y vuelta a la luna!
Skoda Octavia
Mantener un coche en buen estado durante 700.000 km no es sencillo. Son máquinas que acusan un desgaste inevitable, un desgaste que mantener a raya o revertir requiere una constante hemorragia de dinero. Mantener la mecánica al día es el objetivo primordial en un coche con tantos kilómetros, y ello puede dejar de lado averías de corte estético o práctico. Al coche no le funcionaban varias ventanillas – que habían sido malamente «ñapeadas» – y tanto los asientos como varios paneles presentaban un estado precario. Varios paneles de carrocería tenían golpes, rayones e incluso principios de óxido.
El coche estaba sucio, olía mal y le faltaban detalles como la calandra, sin ir más lejos. En cualquier caso, el coche funcionaba como un reloj a nivel mecánico. La restauración comenzó con la colaboración de Skoda UK, que cedió a CarThrottle el interior de un Octavia RS de primera generación. Los asientos rotos y sin mullido fueron reemplazados por asientos en perfecto estado. Los técnicos repararon las ventanillas y los cierres de varias puertas, al igual que instalaron un nuevo volante. Ya que los asientos del coche estaban fuera, la moqueta fue afortunadamente limpiada a conciencia.
A nivel mecánico el coche recibió nuevos discos y pastillas de freno – de marca EBC, con pastillas Green Stuff, material de primer nivel – para una buena potencia de frenado, así como nuevos amortiguadores Bilstein. Los amortiguadores originales del coche estaban absolutamente destrozados, como se puede ver en el vídeo. Por último, la carrocería fue completamente saneada y repintada. Se repararon las piezas oxidadas, se decapó su pintura original y se volvió a pintar en un tono similar, pero con detalles metalizados. Incluso los plásticos de las defensas fueron restaurados.
El toque final lo ponen unas llantas de 15 pulgadas de un Volkswagen Golf, pintadas en color gris oscuro – a las que les faltaría el logo de Skoda para ser perfectas. El mismo color en el que una nueva calandra es vinilada. El resultado final es un coche que yo mismo querría tener en el garaje , pese a su altísimo kilometraje. Un verdadero superviviente, y un testimonio a la dureza de aquellos primeros Skoda Octavia.