Ya no se hacen coches como los de antes. Sin duda una frase repetida infinidad de veces, pero en demasiadas ocasiones no falta de razón. El automóvil ha avanzado mucho en todos los aspectos, pero la fiabilidad no siempre acompaña del mismo modo. Si hablamos del Skoda Octavia, posiblemente se nos venga a la cabeza la idea de coche robusto, sencillo y económico, uno de los modelos que más hizo por la imagen de marca de Skoda pero, cuál es el estado del motor 1.9 TDI de un Skoda Octavia tras casi 700.000 Km y 20 años de uso.
Skoda Octavia
No hay duda, el Skoda Octavia de primera generación fue sin duda uno de los grandes culpables de que el fabricante Skoda calara en el mercado europeo con notable éxito, si no que se lo pregunten a todos los taxistas que confiaron en él como herramienta de trabajo. De hecho, como experiencia personal os diré que conocí uno que fue capaz de llegar al 1.300.000 Km antes de levantar la culata.
El protagonista de esta historia es un coche que los chicos de Car Throttle han decidido comprar para comprobar en taller cuál es el estado de su motor 1.9 TDI tras 432.000 millas (casi 700.000 Km) a lo largo de 20 años. Antes de su compra se aseguraron que el único propietario de este Skoda Octavia había cumplido correctamente el mantenimiento del coche, lo que es un factor clave a la hora de valorar el estado final. El motor de este Octavia es el archiconocido 1.9 TDI, disponible por aquel entonces en potencias de 90 o 110 CV, con inyección diésel mediante bomba rotativa VE y con posibilidad de instalar turbo de geometría fija (código AGR en 90 CV) o turbo de geomtría variable (código ALH en 90 CV y código ASV en 110 CV). Por decirlo de alguna manera, uno de aquellos primeros motores diésel que convencieron al público para pasarse a la manguera negra.
A lo largo del vídeo, el mecánico encargado del despiece del motor va mostrando parte por parte las diferentes piezas del propulsor que va desmontando. Entre los puntos a destacar por su buen estado de conservación nos encontramos un árbol de levas con un muy bajo desgaste, cilindros y pistones en muy buen estado, un turbocompresor con mínimas holguras o una EGR que sigue funcionando correctamente a pesar del kilometraje y el sucio trabajo que tiene.
En un primer momento podríamos pensar que el buen estado general de este motor es fruto único de su robustez y calidad en materiales, pero semejante estado de forma no habría sido posible sin realizar un mantenimiento exhaustivo con materiales de calidad, especialmente en aceite lubricante y filtros. También el estilo de conducción es un factor determinante a la hora de alargar la vida útil de un vehículo, pues respetar temperaturas o el correcto uso de revoluciones es vital para mantener en forma nuestro motor.
