El Skoda Octavia de tercera generación fue lanzado al mercado en 2013. Fue uno de los primeros en disfrutar de la plataforma MQB del Grupo Volkswagen, junto al Volkswagen Golf de séptima generación y el Audi A3. Aunque sigue siendo un coche muy interesante, su reemplazo llegará el año que viene – en 2020 a más tardar. Aunque tiene fecha de caducidad, Skoda mantiene al Octavia completamente actualizado; y con la llegada del ciclo WLTP, ha recibido interesantes mecánicas mejoradas. Pero no todo es perfecto: su versión G-Tec movida por gas natural comprimido ha perdido uno de sus principales reclamos.
Mi compañero Mario nos hablaba el otro día de la versión G-Tec 2019 del Skoda Octavia. La principal diferencia con respecto al anterior Skoda Octavia G-Tec, que pude probar a fondo hace poco más de un año, está en su mecánica. Deja de ser un motor 1.4 TSI de 110 CV, para pasar a ser un nuevo 1.5 TSI con 130 CV de potencia y ciclo Miller. Una de mis principales críticas al Octavia de gas natural eran unas prestaciones muy modestas, punto que queda solucionado con esta actualización. Además de un motor más potente, el coche tiene depósitos para gas natural comprimido (GNC) de un tamaño superior.
Skoda Octavia
Estos depósitos son de construcción robusta y sólida, de forma tubular. Están diseñados para soportar el almacenaje del gas a presiones de hasta 200 bar. El anterior Skoda Octavia G-Tec tenía dos depósitos bajo el maletero, con capacidad para 15 kilos de GNC. El Octavia G-Tec 2019 añade un tercer depósito, situado bajo el asiento trasero, lugar que normalmente ocupa el depósito de gasolina del coche. En este punto os recordamos que el Skoda Octavia G-Tec es un coche bi-fuel – no confundir con un híbrido – capaz de funcionar indistintamente tanto con GNC como con gasolina convencional.
Este tercer depósito hace que por motivos de packaging, el depósito de gasolina vea reducida su capacidad desde los 50 litros, hasta los 11,8 litros. A cambio, la capacidad total de GNC aumenta hasta los 17,7 kilos, con los que este coche tendría una autonomía teórica de 480 kilómetros funcionando únicamente con GNC. El problema reside en que la autonomía final del coche se reduce drásticamente con respecto al anterior Octavia G-Tec. En la práctica, esos 11,8 litros de gasolina nos permitirán recorrer a lo sumo 200 kilómetros, apurando el depósito y circulando de forma muy tranquila.
* Diferencias entre el Skoda Octavia G-Tec 2017 y su versión 2019.
La autonomía total del coche se reduce desde los 1.000 kilómetros reales del anterior G-Tec, a los poco más de 600 kilómetros de este nuevo G-Tec. Uno de los principales argumentos de venta de Skoda con el anterior G-Tec era una autonomía combinada de hasta 1.300 km. Skoda ahora nos «obliga» a usar GNC, lo que por lo menos resulta en unas emisiones de dióxido de carbono hasta un 25% inferiores. En cualquier caso, el foco pasa al GNC, que deberá ser utilizado como combustible prioritario en todo momento – los coches alimentados por GNC sólo tienen sentido si se cumple este requisito.
El depósito de gasolina es un buffer de emergencia, a utilizar sólo cuando no existen gasineras a nuestro alrededor. Y en España, la red de repostaje de GNC sigue siendo insuficiente. En España sólo hay 59 gasineras, repartidas aún de forma muy desigual por la geografía del país. Si estás valorando la compra de un coche alimentado por gas natural comprimido, te recomendamos que leas este artículo, donde exponemos las ventajas e inconvenientes de este combustible.