Skoda presentará en el Salón de París un nuevo prototipo. Se llama Skoda Vision RS, y lo que anticipa es el futuro más prestacional de Skoda, el futuro de las versiones RS. La historia de los RS de Skoda se remonta a los años del telón de acero, y hoy por hoy tiene al Skoda Octavia RS 245 como máximo exponente. Este prototipo estará acompañado además del Skoda Kodiaq RS, el primer SUV con apellido RS en la marcha checa. Con todo, lo más importante es que este prototipo también anticipa un nuevo compacto checo.
Resulta refrescante que este prototipo no sea un SUV eléctrico con capacidades autónomas. Y resulta aún más refrescante que sea un compacto «de los de toda la vida», un compacto del segmento C, con cinco puertas y 4,36 metros de largo. La intención de Skoda es presentarnos el agresivo código de estilo que compartirán sus coches más deportivos, con ópticas de aspecto triangular y una calandra que las une, de aspecto evolucionario con respecto a las actuales calandras.
En el paragolpes el protagonismo es para los antiniebla de tecnología LED. Pero la que creo es la parte más espectacular de este concept será el perfil lateral. Un nervio superior recorre el largo del coche, mientras que en su parte inferior otro nervio añade expresividad, siempre con un aspecto muy técnico e industrial. La superficie acristalada es escasa, confiriendo robustez al diseño. Skoda enfatiza la escasa altura del concept, con apenas 1,41 metros de altura. No todo van a ser SUVs.
En la zaga un gran difusor atrapa las miradas, al igual que unos pilotos LED muy llamativos. El nombre de la marca pasará a estar escrito mediante letras, en el portón del maletero – un recurso de diseño cada vez más común en muchas marcas. Skoda no ha anunciado qué motorización lleva este compacto deportivo, se trata de un proyecto centrado en el diseño. Pero nos anticipa algo aún más importante: un nuevo compacto del segmento C, del que apenas no sabemos nada en estos momentos.
El único compacto de Skoda es en estos momentos el Spaceback. Un producto de precio reducido, sin pretensiones deportivas o lujosas. Es un producto sencillo, la versión hatchback del Skoda Rapid. ¿Y si Skoda lanzase su propio «Volkswagen Golf», más equipado y moderno, empleando una arquitectura MQB? ¿Y si ese compacto tuviera una versión deportiva con más de 250 CV de potencia? Soñar es gratis y estamos especulando, pero hay bastantes señales que apuntan en esta dirección…