¿A quién no le ha sucedido? Pasar con tu coche sobre un socavón en la carretera que te hace pegar un bote, hasta el punto de temer o incluso sufrir una situación de riesgo, como puede ser perder momentáneamente el control del vehículo, o incluso sufrir una avería con la consecuencia de destrozar un neumático, una llanta, o componentes de las suspensiones.
La «vergüenza nacional» de los socavones en la carretera
Aún peor que esa situación se repita por doquier y que algunos socavones permanezcan en el tiempo sin que a nadie parezca preocuparle, y sin que nadie tome la responsabilidad de resolverlo. Por no hablar de un caso que aún me irrita más. Que es el de aquellas vías que se encuentran en mal estado y en lugar de resolver la problemática alguien toma la decisión de señalizar los socavones más graves, en lugar de arreglarlos.
El Departamento de Transporte del Reino Unido (DfT) llegó a definir el estado de los asfaltados en Inglaterra de «vergüenza nacional». Y fue entonces cuando entró en juego otra problemática. El 98% de las carreteras inglesas se encuentran en mal estado. Ahora bien, ¿de quién es la responsabilidad? ¿A qué se están dedicando los impuestos de los contribuyentes?
¿A qué se dedican mis impuestos?
Además de asignar fondos extra de los presupuestos nacionales para el mantenimiento de las carreteras, el DfT se ha propuesto vigilar cómo las administraciones locales están ocupándose de controlar el estado de las carreteras y resolver posibles socavones. De manera que estas administraciones – que implican a gobiernos regionales y councils locales – tendrán que elaborar un informe detallando las actuaciones llevadas a cabo sobre las vías y carreteras de su competencia.
El incumplimiento de esta obligación de reportar las actuaciones practicadas implicará que el Departamento de Transporte retenga un 25% de la financiación extra que ha dedicado «la DGT británica» a las administraciones locales. Una medida con la que esperan que estas administraciones se preocupen más del mantenimiento de los asfaltados de su competencia y aportar transparencia hacia el ciudadano, para que este sepa a qué se están dedicando sus impuestos.
En un análisis de los casi 300.000 kilómetros de carreteras de competencia local de Inglaterra, la DfT llegó a determinar que su mantenimiento no se «había tomado en serio» en un 98% de los tramos.
