Cuando Toni Segarra creó la famosísima campaña publicitaria de “¿Te gusta conducir?” para BMW, seguro que no pensó en que la industria automovilística podría cambiar tanto como lo ha hecho y lo va a seguir haciendo. Sin embargo, pocas marcas valoran más las emociones al volante que la alemana en cuestión, hasta el punto de empeñarse en que, por muy distintas que sean o vayan a ser las cosas en el medio plazo con base en la electrificación y la automatización de las operaciones a bordo, el cliente siempre sienta que puede dominar su coche (no al revés).
Esto implica disponer de ciertos controles manuales o, al menos, de tecnologías que los simulen para proporcionar las impresiones que un amante de la conducción desea con independencia del sistema de propulsión que compre («obligado» o no). En este sentido, BMW ha hecho saber hace poco que sus futuros modelos deportivos desarrollados por la división M, a pesar de ser 100% eléctricos, tendrán un software capaz de imitar el funcionamiento de una transmisión automática con mecanismo de doble embrague.
Aunque no se conocen detalles precisos sobre esta idea, todavía sobre el papel, se prevé que el ordenador del motor provoque pequeñas interrupciones en la entrega de la potencia para que el piloto, al activar unas levas tras el volante, perciba que está cambiando de marcha sin que exista realmente una caja DCT al uso. Esta especie de simulación electrónica hará que dar el paso a un BEV desde un coche de combustión tradicional no sea tan “duro” o cuanto menos raro.
Al rebufo de Toyota y, sobre todo, de Hyundai: el nuevo IONIQ 5 N ya lleva algo similar
Tan lejos como este mismo mes, Hyundai ha presentado oficial y definitivamente la versión de altas prestaciones del IONIQ 5, con apellido N. Este vehículo con hasta 650 CV potencia y tracción integral permite, entre otras cosas, circular con un perfil o modo que aparenta el comportamiento propio de un turismo térmico. Esta solución virtual, llamada N e-shift, se combina con un sonido artificial parecido al ruido que emite un propulsor de gasolina. En esencia, Frank van Meel, quien es el máximo responsable de BMW Motorsport en la actualidad, buscaría implementar algo equivalente en 2027.
En pos de mantener estas sensaciones, en Toyota también podrían ir un paso más allá con la ejecución de un cambio de marchas manual para coches eléctricos que, si nada se trunca, llegaría al mercado a partir del año 2026, para lo cual sólo restan tres primaveras. El principio sería el mismo: reproducir una sacudida, una vibración o un “corte energético” cada vez que se sube o se baja de relación, aunque en este caso se haría mediante una palanca. ¿Te imaginas una “M3 verdadera” con transmisión falsa? Qué extraño.