La Unión Europea pretende prohibir la venta de coches diésel y gasolina – e híbridos de todo tipo – en 2035, eliminando, de facto, cualquier motor de combustión interna de los coches que se vendan a partir de esta fecha. Mientras tanto, son muchos los que advierten que el desarrollo del coche eléctrico, la infraestructura, y la evolución del mercado del automóvil, avanza demasiado despacio para cumplir estos objetivos.
También se apunta a soluciones para seguir comercializando vehículos diésel y gasolina, para alimentar a los millones de coches que seguirán en circulación en 2035 y para seguir confiando en el motor de combustión interna.
El presente reportaje pertenece a una serie de artículos publicados en los últimos meses en los cuales abordamos la tecnología de los combustibles sintéticos neutrales, como una posible alternativa al proceso de descarbonización de la industria del automóvil iniciado con el coche eléctrico, de baterías, y de hidrógeno. Analizando por qué algunos fabricantes están apostando por esta solución, cómo podría contribuir a la descarbonización del automóvil y por qué existen muchas dudas al respecto de su viabilidad.
Contenido
- (I) La solución que permitirá seguir vendiendo diésel y gasolina en 2035
- (II) El proyecto de Porsche
- (III) La visión de Bosch y las consecuencias para el empleo
- (IV) El proyecto de Mazda, Subaru y Toyota en Competición
- (V) Los combustibles sintéticos también contaminan
- (VI) La defensa alemana ante la Unión Europea
A pesar de que el objetivo de cesar las ventas de coches diésel y gasolina en 2035 parece inamovible, la Unión Europea se encuentra en el proceso de definir algunos elementos clave para alcanzar este hito. Y en este proceso Alemania ha decidido marcar una posición que defiende una posible solución para mantener en el mercado la combustión interna, la de los combustibles sintéticos neutrales.
Buscando alternativas para el diésel y la gasolina
Los combustibles sintéticos neutrales, como los combustibles tradicionales, emiten CO2 y otros gases contaminantes y de efecto invernadero para liberar su energía en el proceso de combustión. Pero la razón por la cual se antojan una alternativa factible reside en el hecho de que para sintetizar y producir estos combustibles se lleven a cabo procesos que, empleando aire, agua, y energía renovable, permiten captar CO2 de la atmósfera y compensar, por lo tanto, el CO2 emitido en la combustión.
La producción de combustibles sintéticos neutrales se encuentra en una fase experimental y de desarrollo. Existen muchas dudas al respecto de su viabilidad, sobre todo por el hecho de que alguna de las compañías que están desarrollando estas tecnologías consigan una producción a nivel industrial, en volúmenes suficientes, y con un coste aceptable para hacerlo viable. Fabricantes como Porsche confían en los combustibles sintéticos, en que permitirán seguir vendiendo motores de combustión interna y, por lo tanto, preservar la naturaleza de sus mejores deportivos.
Os recomendamos nuestro primer artículo del reportaje sobre combustibles sintéticos neutrales para entender mejor en qué consiste esta alternativa a los combustibles tradicionales.
Alemania apuesta por los combustibles sintéticos
A la vista de las noticias que nos llegan de Bruselas, referentes al ejecutivo de Olaf Scholz, canciller alemán desde diciembre de 2021, Alemania está prestando atención a las peticiones de su industria. Volker Wissing, Ministerio Federal de Transporte, habría conminado a la Comisión Europea la revisión de las condiciones para cesar las ventas de motores diésel y gasolina en 2035 y plantea que se valoren alternativas como los combustibles sintéticos neutrales (Global Times).
Wissing apuesta por «permitir la venta de motores de combustión interna más allá de 2035, pero solo si estos pueden ser alimentados utilizando exclusivamente combustibles sintéticos».
Y en este caso hemos de prestar especial atención a esta petición, puesto que no solo plantea que los combustibles sintéticos permitan mantener las ventas de vehículos diésel y gasolina, sino también de soluciones técnicas que aseguren que estos vehículos emplean única y exclusivamente combustibles sintéticos, apuntando a que «ha de existir una solución técnica que garantice que no pueden ser utilizados con combustibles fósiles».
La neutralidad tecnológica y el diésel y la gasolina
Como os venimos diciendo, los combustibles sintéticos son una alternativa para alcanzar los objetivos de neutralidad de CO2, pero no están exentos de contaminar localmente. Pero Alemania defiende esta solución, no solo por ser una de las apuestas de su industria, y de fabricantes como Porsche, sino también para aliviar la «presión sobre la sociedad» (Vogel.de) y ante la lentitud de la transición hacia el coche eléctrico.
Insistimos en que aún son muchas las dudas que rodean a los combustibles sintéticos neutrales. Dudas razonables, sobre si el coste que tendrán en estos combustibles harán viable su utilización y si existirá capacidad industrial para producir suficiente volumen como para alimentar a millones de automóviles. Dudas que también afectan a la defensa que hace Alemania de esta tecnología y que plantea la existencia de motores que puedan funcionar empleando combustibles sintéticos, pero no combustibles de origen fósil.
En cualquier caso, los combustibles sintéticos neutrales serán necesarios, e imprescindibles, en industrias como la aviación. Y es que si bien es cierto la industria del automóvil puede alcanzar la neutralidad mediante la transición hacia el coche eléctrico, con todo el coste que implica, y toda su complejidad, la industria de la aviación no vislumbra otra solución que no sea la de seguir empleando combustibles en sus aeronaves.
El presente reportaje pertenece a una serie de artículos publicados en los últimos meses en los cuales abordamos la tecnología de los combustibles sintéticos neutrales, como una posible alternativa al proceso de descarbonización de la industria del automóvil iniciado con el coche eléctrico, de baterías, y de hidrógeno. Analizando por qué algunos fabricantes están apostando por esta solución, cómo podría contribuir a la descarbonización del automóvil y por qué existen muchas dudas al respecto de su viabilidad.
Combustibles sintéticos: ¿solución para salvar al diésel y la gasolina?
- (I) La solución que permitirá seguir vendiendo diésel y gasolina en 2035
- (II) El proyecto de Porsche
- (III) La visión de Bosch y las consecuencias para el empleo
- (IV) El proyecto de Mazda, Subaru y Toyota en Competición
- (V) Los combustibles sintéticos también contaminan
- (VI) La defensa alemana ante la Unión Europea