A la quinta no ha sido la vencida, pero SSC no cesa en su empeño por demostrar al mundo el potencial del SSC Tuatara. Lo ha hecho con una nueva carrera en la que ha batido su propio récord de velocidad mandando, así, un aviso para navegantes. O mejor dicho: a Bugatti y Koennigsegg. ¿La razón? El exclusivo hiperdeportivo todavía no ha llegado a su límite.
Cabe recordar que el SSC Tuatara es un exclusivo hiperdeportivo diseñado por Jason Castriota que cuenta con un bajo coeficiente aerodinámico de 0,279 Cx. Las únicas cien unidades que se fabricarán estarán impulsadas por un V8 Twin-Turbo de 5.9 litros capaz de desarrollar 1.750 CV que, además, ha sido fabricado ‘ad-hoc’.
El Bugatti Chiron Super Sport 300+ ostentó, durante un tiempo, el título de coche más rápido del mundo gracias a los 490,48 km/h que alcanzó en septiembre de 2019 con la pista de Ehra-Lessen como escenario. Sobre el papel el Koennigsegg Jesko Absolut es capaz de llegar a los 531 km/h: una cifra que echaría por tierra todos los intentos del SSC Tuatara.
Los intentos previos
Cabe recordar que el SSC Tuatara ya ha llevado a cabo varios intentos de romper la barrera de los 500 km/h. En octubre de 2020 aseguró que había alcanzado 508,73 km/h, pero las mediciones no fueron exactas así que lo volvieron a intentar dos meses después. En aquella ocasión ‘sólo’ alcanzó los 404 km/h debido a unos problemas relacionados con la temperatura del motor.
En enero de 2021 volvieron a la carga y los 455,3 km/h que firmó el SSC Tuatara le convirtieron en el vehículo de producción más rápido del mundo. Convertirse en la nueva referencia no fue suficiente para Jerod Shelby, fundador y director de SSC, así que decidieron organizar una nueva carrera que no llegó a celebrarse porque el camión que transportaba el hiperdeportivo tuvo un accidente en el que el coche acabó dañado.
El último récord
Llegamos, así, al que (de momento) es el último récord del SSC Tuatara. En el evento que tuvo lugar el pasado 14 de mayo, Larry Caplin (propietario del vehículo) consiguió llegar a los 474,8 km/h: una cifra que podría haber sido superior si hubiera tenido más espacio. Y es que los 3,7 kilómetros de la pista del Centro Espacial Kennedy (Florida, Estados Unidos) se quedaron cortos.
Para evitar cualquier duda, Racelogic (especialista en el registro de datos de este tipo de prestaciones) midió la velocidad utilizando sistemas duales VBOX GNSS y una unidad adicional de GPS Life Racing. Jerod Shelby. Por su parte, aseguraba que “todos los datos e imágenes nos han dado una imagen clara de que el factor limitante no era el coche, sino el hecho de que nos quedamos sin pista. Este vehículo ni siquiera está cerca de alcanzar su techo”.