Nadie se sorprenderá al decir que Carlos Tavares era todo un enamorado del mundo del automóvil y de todo lo que le rodea. El consejero delegado de Stellantis siempre que tenía oportunidad se escapaba a conducir uno de sus coches de competición, mezclándose con el ambiente especial del Rally de Monte-Carlo Histórico o simplemente dándose el gustazo de ser uno de los primeros en probar el nuevo Lancia Ypsilon Rally4. El portugués sentía pasión por el motor y por ello la noticia de su salida precipitada del mando de dirección de un grupo tan importante como Stellantis parece una de las peores noticias con las que se puede cerrar este primer domingo de diciembre.
Ha sido el propio Tavares el que ha comunicado su dimisión inmediata al frente del grupo automovilístico después de lo que al parecer son diferencias con el ejecutivo que no han podido resolverse. El Consejo de Administración a su vez ha aceptado la decisión de Tavares, el cual en principio tenía pensado desvincularse del Grupo en un futuro cercano, concretamente a principios del año 2026, aunque se han precipitado los hechos.
Ya en octubre se abrió un proceso formal interno con el objetivo de encontrarle un recambio a Carlos Tavares, sin embargo, los malos resultados del Grupo Stellantis en el tercer trimestre del año, los cuales han deparado una caída en ventas del 20% (arrastrada por la caída de los números en Norteamérica), así como una contracción de los beneficios del 50% parecen haber llevado a ambas partes a adelantar ciertas discusiones acerca del rumbo del conglomerado de marcas que cuenta entre sus filas con los afamados nombres de fabricantes como Citroën, Peugeot, Opel, Jeep, Dodge Lancia o FIAT. En el comunicado que ha llegado a la prensa apenas se menciona que el Grupo “ha aceptado la renuncia” presentada por Tavares.
Se adelanta por tanto el periodo para buscarle un reemplazo en la dirección de Stellantis, algo que se llevará a cabo durante la primera mitad del próximo año 2025. Hasta que se encuentre un heredero de dicho bastón de mando, un comité ejecutivo presidido por el propio John Elkann será el encargado de realizar las funciones que hasta ahora correspondían a Tavares: “Nuestro agradecimiento a Carlos por estos años de dedicación y por el papel que ha jugado en la creación de Stellantis, además de los anteriores procesos de PSA y Opel, poniéndonos en el camino para convertirnos en un líder global de la industria”, firmaba el propio Elkann en el comunicado.
Se cierra de esta forma una importante etapa de lo que en un principio era el Grupo PSA y que ahora se conoce como Stellantis tras la fusión con Fiat Chrysler (FCA). Tavares desembarcó en esa posición de mando en 2014 y desde entonces, las principales decisiones que han marcado el rumbo de la unión de fabricantes han tenido la firma del luso. La industria automotriz pierde a uno de los directivos con mayor amor a la competición. Queda por ver cómo afecta también esto a España, siendo Stellantis la principal referencia de este sector en nuestro país.