Hoy día es imposible imaginarse los modelos de Mercedes-Benz sin su característica calandra o parrilla frontal, o sin su logo o su silueta. Ahora bien, lo que pocos saben es que todo esto, a nivel de estética – dejando aparte la robustez o dureza de algunos de sus modelos de su presente y pasado – tienen un pasado algo americano.
El Studebaker Commander de 1950 marcaría tendencia
Y es que el coche que indirectamente influyó en el futuro estético de la marca no fue otro que el Studebaker Commander de 1950. Los Commander se llevaban haciendo desde la década de los 20, con motores de seis y ocho cilindros. En su frontal se destacaban los faros de tipo ‘ojos de rana’ con una gran parrilla, así como un frontal que recordaba a las aspas de un aeroplano. Era de los primeros coches post-guerra, con un nuevo look.
Llegó a contar con carrocerías tanto coupé de dos puertas como sedán de 2 y 4 puertas, llegando a tantearse incluso una versión descapotable como en generaciones anteriores. En aquellos años el Commander, como el resto de modelos de Studebaker, gozaba de buena reputación con aspecto de coche deportivo pero con toda la practicidad de un familiar, al menos en el caso del sedán. Ahora bien, les lastraba la calidad de construcción, en particular de las puertas (Popular Mechanics).
Según la época, el Commander era o el modelo tope de gama de la marca americana o un modelo más de acceso, si bien fue precisamente en los cincuenta cuando el Commander y toda Studebaker tuvo sus mejores años. Su versión original contaba con 102 CV, aunque más tarde llegó una versión V8 con 120 CV, limpiaparabrisas eléctricos, con caja manual de 3 marchas y automática de 2. Con el V8, podía llegar a los 160 km/h, siendo uno de los mejores coches para devorar carreteras en su momento (How Stuff Works).
En cierto modo, también se puede ver un paralelismo estético entre el Studebaker Silver Hawk Racer de 1959 y los modelos de Mercedes que aparecerían más adelante, tanto por la silueta y la parrilla como por el plateado en las carreras (cuando Mercedes se apartó oficialmente de las mismas). Studebaker, por desgracia, cerraría sus puertas en 1967, siendo comprada por AMC tras intentos fallidos de negociar con Nissan y Toyota. Algunos concesionarios de Studebaker se reconvirtieron precisamente a concesionarios Mercedes.
En homenaje a Bruno Sacco
Escribimos estas palabras teniendo en cuenta que fue este coche el que inspiró a ser diseñador a Bruno Sacco, quien fuera jefe de diseño de Mercedes-Benz entre 1975 y 1999. En aquel cuarto de siglo Mercedes acuñó modelos icónicos como los W126, W201 o R129 (la segunda generación del Clase S, el mítico 190 que sirvió de base para el legendario 190E y sus variantes Evo para correr en el DTM o el Mercedes SL, respectivamente).
El pasado 19 de septiembre falleció Sacco a sus 90 años en la localidad alemana de Sindelfingen (La Escudería). Con 25 años el italiano entró en Mercedes-Benz como estilista, trabajando para la marca durante más de 40 años. Desde esta redacción enviamos nuestras condolencias hacia familia y amigos del responsable de algunos de los Mercedes más influyentes de la historia, así como prototipos como el C111 con el que se experimentó con motores rotativos.