Últimamente os hemos hablado de varias ediciones de despedida de los actuales Subaru WRX STI: los Diamond Edition sudafricanos, los TC380 japoneses… El Subaru WRX STI pronto se despedirá en su actual generación, coincidiendo con el treinta aniversario de Subaru Tecnica International (STI). Todo apunta a que los STI del futuro serán híbridos y abandonarán el cambio manual, si es que llegan a materializarse en coches de producción. Es el fin de una era, una era que nos ha dejado máquinas tan especiales como la que hoy recordamos. Así era el increíble Subaru-Cosworth Impreza STI CS400 del año 2010.
¿Por qué era un coche tan especial?
El Subaru-Cosworth Impreza STI CS400 fue la primera vez en 13 años que el nombre de Cosworth aparecía asociado a un coche de calle. Aunque Cosworth siguió ofreciendo sus servicios de ingeniería a varias marcas de coches y colaboró en el desarrollo del primer Ford Focus RS, el Ford Escort RS Cosworth había sido el último coche en portar su emblema. En el Impreza STI CS400 los chicos de Cosworth se implicaron a un nivel tan profundo que incluso de forma oficial se referían a él como un Subaru-Cosworth, no solo como un Subaru. Pero al César lo que es del César: el punto de partida era ya un producto excelso.
Recuerdo aquél Impreza STI con carrocería compacta como uno de los coches más apasionantes de la época. Sólo estuvo disponible con esa carrocería de cinco puertas hasta 2012, cuando una nueva generación se lo llevó por delante. Volviendo a nuestro protagonista, fue creado con el objetivo de convertirse en el Subaru Impreza WRX STI definitivo, pero de calle. No es un coche enfocado al 100% a los circuitos, es un coche que aún podía utilizarse a diario, pero con multitud de mejoras con respecto al STI de serie. Con todo, aparentemente había pocos cambios con respecto al coche de partida.
Tenía un frontal ligeramente rediseñado, con un paragolpes diferente, una calandra con un diferente «nido de abeja» y un nuevo juego de llantas de 18 pulgadas y aleación ultraligera. Sólo se podía encargar en color plateado, negro o el gris oscuro tan característico de esta versión especial. En la zaga encontramos colas de escape cromadas y más logotipos de Cosworth, que sólo los más petrolheads advertirían. En el interior un nuevo tapizado para los asientos deportivos Recaro y algunas superficies acabadas en «Piano black» dan pistas acerca del coche que tenemos entre manos.
El verdadero trabajo de Cosworth solo se advertía al arrancar el bóxer turbo de 2,5 litros y cuatro cilindros. En vez de los 309 CV de serie de los STI, el Subaru-Cosworth Impreza STI CS400 disfrutaba de 395 CV de potencia y nada menos que 540 Nm de par motor máximo, permitiendo un 0 a 100 km/h de sólamente 3,7 segundos. Esta mejora prestacional no era una simple reprogramación de la ECU, Cosworth reemplazó los pistones y bielas por componentes forjados, además de instalar un nuevo turbocompresor, una junta de culata reforzada y una nueva línea de escape, desde los colectores de escape hasta el silencioso trasero.
Por si fuera poco, sustituyeron las bombas de combustible y aceite por otras de mayor caudal. El equipo de frenado está firmado por AP Racing – con discos frontales de 355 mm de diámetro y pinzas de seis pistones – mientras que la amortiguación es cortesía de Bilstein, con nuevos muelles Eibach. El Subaru-Cosworth Impreza STI CS400 tenía un ancho de vías 12 mm más ancho que el STI de serie, y estaba 10 mm más cercano al suelo. Cosworth invirtió 15 meses en su desarrollo, poniendo a punto su suspensión con un equilibrio entre dinámica y uso deportivo en mente. Ahora bien, había que pagarlo.
Su precio era de 49.995 libras, un precio que era prácticamente el doble del precio normal del coche, que en Reino Unido era de poco más de 26.000 libras. ¿Se notaban todos estos cambios? Los medios que en su época lo pudieron probar citaban el tremendo turbo-lag del motor, que estaba muerto por debajo de las 3.500 rpm. Además, era un coche con desarrollos de cambio más bien cortos, con lo que era necesario vigilar la repentina entrada de potencia. Las reviews coincidían en que era un gran producto, con un paso por curva endiablado, pero algunos defectos que evidenciaban que el producto necesitaba aún un pulido.
En cualquiera de los casos, es uno de los Impreza STI más icónicos de los últimos tiempos – aunque sea solo por la colaboración con Cosworth.