Hay coches que, pese a ser verdaderas joyas, pasaron sin pena ni gloria por el mercado europeo y más concretamente por el español. Uno de los mejores ejemplos se halla en el Subaru Tribeca, ese SUV olvidado por la mayoría de clientes que, sin embargo, fue el buque insignia de la marca japonesa durante un tiempo. Este automóvil con carácter y de tamaño grande, inicialmente desarrollado para Norteamérica (su denominación hace referencia a un barrio neoyorquino), todavía puede adquirirse como usado con un eficaz sistema de tracción integral y el distintivo medioambiental C por «poco» dinero.
Aunque tiene 19 años, este 4×4 os llevará lejos a ti y a tu familia, pues es casi irrompible
El Subaru Tribeca fue fabricado entre 2005 y 2014, con una actualización relativamente profunda en 2008. Inicialmente conocido como B9, este vehículo nació con el propósito de competir con el Toyota Highlander en el segmento D. Más tarde, tendría que hacer frente a otras dos alternativa niponas, el Mazda CX-7 y el Nissan Murano, que también llegarían sin mucho éxito a España. El propósito de estos modelos era ofrecer calidad, espacio y altas prestaciones a un menor precio que sus rivales europeos. El B9 Tribeca, duro y fiable como pocos, no era excepción.
Con 4,85 m de longitud, 525 l de maletero y 5 o 7 amplias plazas, este Subaru contaba con un equipamiento abundante para la época en la que fue concebido, sobre todo en términos tecnológicos, pero destacaba por una tracción total permanente diseñada por la propia compañía, especialista y reconocida en esta materia. En combinación de una altura libre al suelo de 210 mm, unos ángulos todoterreno más que aceptables y unas buenas protecciones inferiores, su capacidad fuera del asfalto era sublime para un SUV.
Un motor de 6 cilindros con un sonido delicioso y distintivo ambiental C por 10.000 €
Al B9 se le dotó desde el principio con un motor de 6 cilindros y tipo bóxer (esto es con las dos bancadas enfrentadas, a 180 grados entre sí) alimentado por gasolina. Era un propulsor que, sin estar sobrealimentado, entregaba 245 CV de potencia gracias a un cubicaje de 3 l. Más tarde, el impulsor en cuestión evolucionó a un 3.6 que rendía 260 CV pese a un consumo inferior. Y es que si algo malo tenía el Tribeca era su gran gasto de carburante promedio: unos 14 l/100 km reales, demasiado para el conductor medio español.
A cambio de un mantenimiento relativamente costoso, se obtenía un sonido propio de un coche deportivo, una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos (8,9 a partir de 2008) y un chasis con una puesta a punto que, si bien no era excelente, permitía a su conductor divertirse ocasionalmente (lograba un buen compromiso entre confort y agilidad). Además, actualmente, el Tribeca aún obtiene la etiqueta C de la DGT y sus interesantes ventajas en las grandes urbes de nuestro país.
Independiente de su configuración interior (acabado Classic o Limited y 2 o 3 filas de asientos), la mayoría de Tribeca anteriores al 2008 con menos de 150.000 km y un estado de conservación satisfactorio cuestan unos 10.000 euros en el mercado de segunda mano, aunque hay unidades más usadas por cerca de 7.000. Los ejemplares más modernos valen alrededor de 13.000 euros y los hay muy cuidados (además de poco usados) por 15.000.
- El bóxer de 6 cilindros con aspiración natural del Tribeca daba lo mejor de sí (su pico de potencia) a 6.600 rpm. A este régimen era imposible no sonreír.
- Pese a un consumo medio elevado, es posible lograr 10 l/100 km a velocidad de autovía. Con un depósito de 64 l, su autonomía puede superar los 600 km.
- Las versiones con 7 plazas no son más caras, pero sólo recomendables para familias con niños. La segunda fila no es muy generosa, pero reduce el maletero.