El próximo 10 de septiembre es una fecha importante para cualquier petrolhead. Es la fecha elegida por Subaru para presentar en sociedad un nuevo coche deportivo. Se trata del Subaru WRX, la versión deportiva del Subaru Impreza, con todo el pedigrí del mundo de los rallyes y una estética muy característica. Esta nueva generación, no obstante, supone un cierto cambio de paradigma con respecto al coche que conocemos, y tristemente, todo apunta a que no se venderá en Europa. ¿Qué sabemos al respecto? ¿Qué podemos esperar del nuevo Subaru WRX?
Lo primero, que se construirá sobre una plataforma nueva, sobre la nueva Subaru Global Platform modular. Esta plataforma es más rígida que la anterior, y ofrece más posibilidades a la marca a la hora de diseñar el packaging del vehículo. La segunda gran noticia es que el Subaru WRX será un coche tradicional, una berlina de cuatro puertas. En el vídeo téaser publicado por Subaru no quedan dudas, y se abandona definitivamente la noción de que podría ser un crossover. Con todo, lleva un llamativo kit de carrocería, cuajado de detalles de aspecto aventurero.
Llaman la atención unos pasos de rueda enmarcados en plástico y unas defensas abultadas, así como la ausencia de un spoiler trasero, al menos a tenor de lo poco que deja ver el téaser. Otra gran duda que el téaser despeja es que este Subaru WRX estará disponible con un cambio manual de seis relaciones, la única alternativa válida ante el posible CVT opcional. Bajo el capó de este coche hay aún incógnitas, pero hay un cambio de paradigma: se abandonan los EJ25 y se reemplazan por el nuevo bóxer de 2,4 litros estrenado por el Subaru Ascent.
Este motor también se puede encontrar en los Subaru BRZ en versión atmosférica, con una potencia de 230 CV. En el caso del Subaru WRX, será un motor turbo y alcanzaría una potencia en el entorno de los 300 CV, pero podría llegar a los 400 CV en la versión WRX STI, que llegaría al mercado en torno al año 2023. Por supuesto, la tracción total permanente Symmetrical All-Wheel Drive será de serie, con posibles evoluciones en sus diferenciales y sistemas electrónicos de control, en busca de una mayor eficacia en una conducción exigente.
La terrible noticia es que no se espera el desembarco del Subaru WRX en Europa. De hecho, tampoco llegará el Subaru BRZ, aunque sí lo haga su mellizo fabricado por Toyota. El motivo es que las emisiones medias de flota de Subaru son demasiado altas, y además de las multas que tendrían que pagar por vender el coche, es un mercado donde sus ventas serían modestas en el más optimista de los escenarios. Sea como fuere, Subaru no tira la toalla de las altas prestaciones y presentará uno de los coches más interesantes y puristas de lo que va de año.
