Puede que no te hayas nunca parado a pensarlo, pero hay muchos vehículos que no son producidos por sus fabricantes. ¿Sabías que gran parte de la producción de los Porsche Boxster y Porsche Cayman hasta 2011 fue llevada a cabo por una empresa llamada Valmet Automotive? Esta empresa finlandesa pertenece a un reducido grupo de empresas, que me gusta comparar con soldados mercenarios. Desconocidas y silenciosas, pero vitales para la correcta marcha del sector automovilístico. ¿Te apetece descubrirlas?
Valmet Automotive (Finlandia)
Aunque Finlandia no tenga industria automovilística propia, sí posee un importante fabricante «de alquiler». Valmet Automotive fue fundada en 1968, como joint-venture entre Saab-Scania y Valmet, una empresa finlandesa dedicada entonces a la producción de vehículos agrícolas y maquinaria industrial. Afincada en la localidad de Uusikaupunki, esta subcontrata del sector automovilístico ha producido 1,2 millones de vehículos desde su fundación. Su historia de éxito comenzó con los Saab 96, en principio destinados al mercado finlandés.
Pronto comenzó a producirlos para otros mercados, y aunque en 1992 Valmet comprase su parte de la empresa a Saab, continuó cooperando con los suecos hasta el año 2003. Valmet también sirvió a otros fabricantes, como a Talbot e incluso a Lada. Entre 1991 y 1997 asumió buena parte de la producción de los Opel Calibra, y sería al fin de su producción cuando Valmet recibiera su mayor contrato hasta la fecha. Porsche no lograba satisfacer la enorme demanda de los Boxster, y subcontrató su producción al especialista finlandés.
Porsche suministraba la estampación y piezas a Valmet, y ellos se encargaban del resto. También asumieron parte de la producción del Porsche Cayman, incluidas versiones especiales como el Porsche Cayman R. Hasta el año 2011 produjeron la friolera de 227.890 vehículos de la marca alemana, destinados a mercados a lo largo y ancho del mundo. Actualmente, Valmet Automotive ha asumido parte de la producción de los Mercedes Clase A – desde 2013 – y ha comenzado a producir los Mercedes GLC, aliviando las líneas de Mercedes.
Magna Steyr (Austria)
Magna Steyr es la mayor subcontrata automovilística del mundo. Producen cerca de 250.000 vehículos anuales y tiene más de 10.000 empleados en sus instalaciones en Austria. Desde el ya lejano año 2002 es una filial del gigante canadiense Magna International – uno de los mayores proveedores del sector – y era anteriormente conocida como Steyr-Daimler-Puch, que nació a mediados del siglo XXI como fabricante de rifles. Tras la guerra, comenzaron a fabricar vehículos Fiat bajo licencia, de manera muy similar a SEAT en España.
Pronto se especializaron en vehículos todoterreno, y al ser parcialmente propiedad de Daimler, contribuyó al desarrollo y producción de los Mercedes Clase G. Desde 1979, los Clase G son fabricados en Graz (Austria) por Magna Steyr. Su éxito y su buen hacer, especialmente en lo tocante a desarrollos de tracción integral, les granjeron multitud de contratos desde entonces. Sin ir más lejos, la producción de las Volkswagen T3 4×4, los Volkswagen Golf Country o las versiones de tracción total de los Mercedes Clase E.
También produjeron los Mercedes Clase M. No debería sorprendernos, pues fueron los que desarrollaron sus sistemas de tracción integral permanente. Magna Steyr también asumió parte del desarrollo de los BMW X3 de primera generación, que fue producido en su totalidad en sus instalaciones. Otros vehículos producidos en sus instalaciones han sido los Jeep Grand Cherokee, Chrysler 300C, Chrysler Voyager, Jeep Commander – hasta la adquisición del Grupo Chrysler por FCA – o los MINI Countryman y Paceman.
Tampoco podemos olvidarnos de los Aston Martin Rapide, Peugeot RCZ o Audi TT. Han sido clave en la fabricación de los techos retráctiles de los Opel Astra Twin Top y Mercedes SLK, así como en el estampado y pintura de las carrocerías de aluminio de los Mercedes SLS AMG. En verano de 2016, anunciaban que compartirían con Dingolfing parte de la producción del nuevo BMW Serie 5. Jaguar-Land Rover firmaba un acuerdo en 2015 para la futura producción de vehículos del grupo en las instalaciones de Magna Steyr.
ASC (Estados Unidos)
Estados Unidos es un país plagado de pequeños fabricantes de vehículos, empresas que comenzaron como preparadores y terminaron produciendo vehículos propios, como es el caso de Hennessey. Una gran cultura del automóvil y buenos recursos económicos han posibilitado este caldo de cultivo. ASC (American Sunroof Company, después American Specialty Cars) comenzó su existencia fabricando techos solares, y ofreciendo su instalación en vehículos carentes del extra. Un negocio sorprendentemente lucrativo en el sur de California, en los boyantes años 60.
Pronto comenzaron a derivar su negocio a la personalización de vehículos, para los que en algunos casos creaban carrocerías completamente diferentes. Un auténtico éxito en plena fiebre disco de los años 70. La visibilidad de la empresa les granjeó sus primeros contratos por parte de fabricantes como Ford y General Motors, que subcontrataban en ASC la producción de techos descapotables y techos targa. En 1982 se lanzó al mercado el Buick Riviera Convertible, el primer vehículo ensamblado íntegramente por ASC.
Los contratos comenzaron a lloverle a ASC en los años 80, para diferentes marcas de General Motors, que solicitaban sus servicios de ingeniería y carrozado, encargando también su montaje. ASC jugó un rol importante en la fabricación de los Buick GNX, cuya producción fue llevada a cabo en sus instalaciones, con la colaboración en su desarrollo de McLaren Performance Technologies. Durante los años 90 continuó expandiendo su capacidad productiva, en su práctica totalidad centrada en los vehículos descapotables.
Para 2005, habían producido un millón de descapotables en sus diferentes plantas productivas. Uno de sus productos estrellas fue el Chevrolet SSR – aquella curiosa pick-up deportiva de la que ya os hemos hablado largo y tendido – así como el reciente Mitsubishi Eclipse Spyder. Actualmente la empresa compagina la producción de prototipos y showcars con la fabricación e ingeniería de techos descapotables y la asesoría en el diseño de kits de carrocería, con trabajos en aerodinámica para coches como el Dodge Viper SRT10 ACR.
Las carroceras clásicas: ¿qué ocurrió con Pininfarina y Bertone en el Siglo XXI?
Pininfarina y Bertone comenzaron su existencia como carroceros artesanales, y durante décadas, su modelo de negocio apenas fue alterado. A finales de los años 50, el perfeccionamiento de la estampación de carrocerías y la producción en masa les empujaron al borde de la desaparición. Pininfarina pasó a diseñar vehículos, trabajando estrechamente con Ferrari, pero también con Alfa Romeo, GM, Maserati o Peugeot. Nadie puede olvidar sus magníficas obras de arte sobre ruedas. Pero no muchos conocen su faceta industrial.
En 2006, el 56% de su facturación provenía de la subcontratación productiva. Todo comenzó en los años 50 del pasado siglo, con la producción de los primeros Alfa Romeo Spider, diseñados por la empresa de Cambiano. Algunos de los vehículos que ha fabricado durante las últimas décadas han sido los Cadillac Allanté, los pequeños Mitsubishi Montero iO, y en tiempos más recientes, los Alfa Romeo Brera, Alfa Romeo Spider, Ford Focus CC, Mitsubishi Colt CZC y Volvo C70, en buena proporción, descapotables.
Otro carrocero italiano convertido a mercenario productivo es Bertone. Un mítico estudio de diseño, de cuya mente colectiva han emanado verdaderos iconos de la automoción, como los Lamborghini Miura o Countach, y prototipos como el increíble Maserati Boomerang, que aún hoy en día parece un coche moderno. Los contratos de fabricación para otras empresas comenzaron en los años 50, con los Alfa Romeo Giulia Sprint, fabricado en serie en sus instalaciones. Un paso de gigante en comparación con sus antiguos carrozados artesanales.
Poco después siguieron los NSU Prinz o los Maserati 3500 GT. Su consolidación como constructor «mercenario» llegaría con los Fiat 850 Spider y X1/9. Ya en los años 80, iniciaría una colaboración con Opel, que desembocaría en la fabricación de los Opel Kadett Cabrio, Astra Cabrio y Astra Coupé, hasta entrado el siglo XXI. El Fiat Punto Cabrio también les daría de comer durante los años 90. Al llegar la crisis, sin un Nuccio o un Giovanni Bertone al frente, la empresa se ve obligada a una reestructuración total.
Ahora se dedica a la consultoría y el diseño, vendiendo su fábrica de Grugliasco a Fiat, con todo su utillaje.
Las desaparecidas
Algunas empresas no han sobrevivido a la crisis ni al paso del tiempo, pero no pueden ser excluidas de este especial.
Karmann (Alemania)
Karmann nació a principios del siglo XX, como carrocero tradicional. Su relación fue especialmente estrecha con el Grupo Volkswagen: desde que les encargasen la producción de las versiones descapotables del Volkswagen Escarabajo en 1949, siempre hubo algún VAG en las líneas de Karmann en Osnabrüuck. Karmann cerró sus puertas en 2009, tras una agonía económica de años. Nos ha parecido justo incluir a Karmann en este artículo por su importancia histórica, habiendo producido vehículos auténticamente míticos.
De no haber sido por la crisis, aún estaría fabricando vehículos para otras marcas. La calidad de su trabajo era mundialmente conocida, y su reputación era especialmente buena en vehículos descapotables. Aparte del Escarabajo Cabrio – que produjo de forma ininterrumpida durante más de 30 años – Karmann también fabricó el precioso Volkswagen Karmann Ghia, hoy un cotizado coupé clásico. Ambos vehículos sumaban más de 700.000 unidades. La producción del Porsche 914 también fue ejecutada por Karmann en Osnabrück.
También se encargaron de la producción de las dos primeras generaciones del Volkswagen Scirocco – casi 800.000 vehículos – y de los Volswagen Golf Cabriolet, hasta su cuarta generación, que curiosamente, aún estaba basada en las entrañas del Volkswagen Golf Mk3. Lo que quizá no sabías es que Karmann ensamblaba en Osnabrück vehículos míticos como los Porsche 911, 912 y 356, y que tras recibir sus componentes desde Alemania y Reino Unido, hacía el ensamblaje final de un icono del automóvil deportivo: el Ford Escort RS Cosworth.
Incluso 21.147 unidades de los fantásticos BMW 3.0 CS fueron creados por Karmann. Su colaboración con Renault se centró en los techos para sus descapotables, desde el lejano Renault 19 al Renault Mégane Cabriolet. Incluso desarrolló parte de los Chrysler Crossfire, que produjo en exclusiva para el mercado europeo. Los Audi A4 Cabrio, Mercedes CLK Cabrio tampoco habrían sido posibles sin esta empresa. Hoy por hoy, Volkswagen ha derivado parte de la producción del Tiguan a sus instalaciones, propiedad del consorcio alemán.
Heuliez (Francia)
Heuliez tiene sus orígenes en los años 20 del pasado siglo, fabricando carros de caballos. La empresa pronto se especializó en el carrozado de vehículos industriales, que entonces eran fabricados como simples chasis rodantes. Heuliez nunca abandonaría esta línea de negocio, que le aportaría una fuente constante de ingresos hasta su bancarrota y reestructuración en el año 2013. Hoy por hoy sólo existe Heuliez Bus, un carrocero de autobuses. Pero no podemos olvidar el increíble legado automovilístico de esta empresa francesa.
Heuliez comenzó a estampar piezas para Citroën a mediados de los años 60, y pronto comenzó a involucrarse como suministrador de algunos componentes sencillos para la industria automovilística francesa. En 1969, el buen trato de Henri Heuliez con las altas esferas de Citroën le granjeó un interesante contrato: la producción de los Citroën M35, un experimento de tirada limitada, un pequeño coupé con motor rotativo. Durante los años 70, se dedica a fabricar prototipos, carrozados únicos, como el basado en un Porsche 914.
Mientras su negocio de vehículos comerciales florece, también lo hace su relación con Citroën – y tras su fusión con Peugeot, el Grupo PSA. Fabrica piezas de la suspensión hidroneumática del GS, e incluso se involucra en competición al poco tiempo. En los 80, Heuliez lleva a cabo la producción de los Peugeot 205 T16 y Citroën BX 4TC, homologando así sus alter ego de competición del Grupo B. Es durante los 80 cuando Heuliez también asume la producción de las versiones Break de los Citroën BX y CX.
En los años 90, se encarga de llevar al mercado las versiones familiares de los Citroën Xantia, mientras continúa su negocio de conversiones, fabricando limusinas, ambulancias, e incluso furgonetas de venta de helados. Su mayor contrato llega con la producción de los techos retráctiles del Peugeot 206 CC, de los que fabricó unas 360.000 unidades. También ensambló la totalidad de los Opel Tigra TwinTop, pero cuando el contrato finalizó en 2009, la empresa se vio abogada a la suspensión de pagos y completa reestructuración.
Más información: Assembly Mag
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