Repostar combustible nos costará bastante más, alrededor de 5 euros más por depósito, en 2025. El Ministerio de Hacienda abordará esta subida del impuesto especial sobre hidrocarburos, que elevará el precio del gasóleo, por la vía del real decreto ley, y fuera de los cauces parlamentarios ordinarios para un Proyecto de Ley, donde fracasó en el intento. El objetivo alegado es el del cumplimiento de los compromisos europeos en materia medioambiental.
Impuestazo al diésel en 2025
El Ministerio de Hacienda equiparará el impuesto especial de hidrocarburos del diésel y la gasolina, aplicando lo que desde hace tiempo venimos denominando como «impuestazo al diésel», lo que llevaría a una subida del gasóleo de 11,33 céntimos de euro por litro repostado. Ya sabemos que la subida de impuestos se llevará a cabo este año 2025 y hará que cada depósito diésel nos cueste, como mínimo, 5 euros más.
El Gobierno, y el Grupo Parlamentario Socialista, defiende la medida como internalización de los costes ambientales que provocan estos carburantes. ¿Pero realmente contaminaremos menos pagando más impuestos por cada litro de gasóleo?
Más de 5 euros de subida por depósito diésel
La equiparación de impuestos entre gasolina y diésel se traducirá en un incremento directo en el precio del repostaje. Con la aplicación de la medida, el precio de un depósito de tamaño medio – de 45 litros – aumentará en torno a 5 euros, impactando directamente en los bolsillos de los conductores.
El nuevo tratamiento impositivo, que se cuantifica en 11,33 céntimos por litro, supone la eliminación de una ventaja fiscal histórica del gasóleo. Hasta ahora, el diésel se beneficiaba de una menor carga impositiva que la gasolina, pero con esta subida se pondrán a la par en materia de fiscalidad.
El Gobierno justifica la medida en base a la necesidad de cumplir con las recomendaciones de la Unión Europea. Desde hace años, Bruselas ha insistido en la equiparación fiscal entre combustibles.
Impuestazo al diésel… por real decreto ley, ¿pero con suficientes apoyos?
La vía más que probable para su aprobación será la del real decreto ley, que permite una tramitación más rápida, sin su debate parlamentario, su paso por el Senado y la votación de enmiendas, aunque con la obligación de ser refrendada en el Congreso.
El Ejecutivo espera que la medida se apruebe lo antes posible, puesto que la alternativa sería no recibir los fondos de recuperación de la Unión Europea o recibir parcialmente esos fondos. Esta urgencia podría hacer que el Gobierno acelerara la tramitación por la vía legislativa más rápida disponible.
El problema al que se enfrenta el ejecutivo reside en que el tiempo se agota, y los cauces legislativos no avanzan. La falta de consenso podría dificultar que el real decreto sea refrendado en el Congreso, lo que obligaría al Gobierno a negociar con otras formaciones para garantizar su convalidación.
Aún está muy presente lo acontecido con el último decreto ómnibus, que provocó la caída de las ayudas del Plan MOVES, a la compra de coches eléctricos, por falta de apoyos. Una situación que obligó a Sánchez a abogar por un nuevo decreto ómnibus troceado para así contar como mínimo con el apoyo de la mayoría de la investidura.
Desde entonces, el Gobierno no ha propuesto un nuevo decreto que prorrogue las ayudas del Plan MOVES, conllevando a una situación de incertidumbre que podría provocar una caída drástica de las matriculaciones de eléctricos.
La posibilidad de que una medida tan impopular como el aumento de impuestos al diésel se incorpore en un nuevo decreto junto con medidas que cuentan con cierto consenso, como es el Plan MOVES, no debería descartarse. Como tampoco la probabilidad de que una situación como esta pueda convertirse en objeto de una nueva confrontación política.
Contaminar menos pagando más por el diésel
La equiparación del impuesto especial sobre hidrocarburos para el gasóleo y la gasolina ha sido una de las recomendaciones más antiguas de la Unión Europea. En términos medioambientales, se argumenta que el diésel emite más óxidos de nitrógeno (NO2) que la gasolina y que su menor fiscalidad ha favorecido su uso masivo.
Aunque el argumento oficial de la medida será el medioambiental, la realidad es que también tendrá un impacto directo en la recaudación estatal. El coste del cambio recaerá en los conductores, que serán los principales afectados por la medida.
Los plazos se agotan
La Unión Europea aún ha de desbloquear la próxima solicitud de pago de los fondos de recuperación para España. La aprobación de la equiparación de impuestos sobre el gasóleo es uno de los requisitos clave para desbloquear estos fondos.
El plazo con que contaría para aprobar la equiparación de impuestos entre el gasóleo y la gasolina sería hasta el próximo 21 de marzo. A partir de esa fecha, si la medida no ha sido implementada, podría haber consecuencias en la concesión de los fondos.
De llevarse a cabo, en estos plazos, cobraría fuerza la idea que apuntaba a que la subida de impuestos al diésel se producirá alrededor de la Semana Santa.