Estos días seguimos hablando acerca de la subida de impuestos al diésel que ha planteado el Gobierno, a pesar de que aún no está claro que vayan a salir adelante – os contamos las probabilidades de que prospere. Sin duda es un tema que preocupa a los ciudadanos, a pesar de que este año en muchas Comunidades Autónomas ya se ha producido otra subida de impuestos, también a la gasolina que ha pasado desapercibida. Pero hablemos de la subida de impuestos al diésel y la confusión que está generando el Gobierno, en un tema que ciertamente es importante y que genera descontento social, en algunos casos hasta llegar a situaciones tan complicadas como las que se han vivido en los últimos meses en nuestro país vecino, en Francia.
El diésel, y el compromiso contra el cambio climático
El Gobierno defiende esta medida, la subida de impuestos al diésel, dentro de su plan de soluciones para mitigar los efectos del cambio climático y abogar por una reducción de emisiones de CO2. Pero las certezas que tenemos en estos momentos son, primero, que la razón por la cual el diésel ha estado en el centro de la polémica, y ha sido acusado de los episodios de contaminación sufridos en las grandes ciudades, son sus emisiones de NOx. De hecho, si el objetivo es reducir las emisiones de CO2, lo que está demostrando la reducción de ventas del diésel es que estas emisiones – la media de los coches matriculados – se están incrementando, porque los diésel homologan y en la práctica emiten menos CO2 que sus homólogos de gasolina.
La Unión Europea ha conminado al Gobierno español a equiparar los impuestos de la gasolina y el diésel. Esa es otra de las razones que esgrime el Gobierno. Pero, de nuevo, esta medida no está motivada por la reducción de emisiones de CO2 que está proyectando la Unión Europea.
La promoción del diésel en Europa facilitó el abaratamiento de los desplazamientos de los conductores, así como reducir la dependencia de los hidrocarburos importados, que también tiene repercusiones económicas y estratégicas. El desplome de las ventas de diésel puede comprometer, y de hecho está comprometiendo, el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones de CO2 en el corto plazo. En el largo plazo, mientras tanto, la Unión Europea ya no puede ampararse únicamente en beneficiar al diésel para alcanzar los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones que se están planteando, de hecho no parece que existan más alternativas que el coche eléctrico para conseguirlo.
Bien es cierto que el Gobierno también ha apuntado a cómo esta subida de impuestos al diésel puede contribuir a sufragar la transición energética, la descarbonización. Inicialmente, el Gobierno aseguró que la recaudación adicional se aplicaría integramente a proyectos de movilidad sostenible, por ejemplo a subvencionar la compra de coches eléctricos, o a la instalación de puntos de recarga.
Las últimas declaraciones del Gobierno, y más concretamente de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, apuntaban a que parte de la recaudación se dedicaría a este cometido (la ultima entrevista a la ministra de Hacienda se puede ver en la web de La Sexta). A pesar de haberse presentado una propuesta de Presupuestos Generales del Estado sigue estando en el aire a qué se dedicará la recaudación. En estos presupuestos figuran 67 millones de euros para ayudas que apoyen el desarrollo de la movilidad sostenible, pero no se detallan planes concretos, y esa cantidad es muy inferior a la recaudación que se obtendría por la subida de impuestos.
Guía sobre la subida de impuestos al diésel:
* Así podría producirse la subida de impuestos: los Presupuestos Generales del Estado de 2019 y el Real Decreto-Ley
* 5 preguntas y respuestas sobre la subida de impuestos
* El ajuste fiscal que ha subido el precio de diésel y gasolina
* ¿A qué se dedicará lo recaudado?
