Desde hace meses sobrevuela la idea de una importante subida de los precios del diésel a través de un aumento de los impuestos que se le aplican. Tras numerosos rumores, estudios y fórmulas para revisar la fiscalidad de los combustibles, el Gobierno de Pedro Sanchez ha desgranado nuevos detalles de cómo se pretende revisar el precio del gasóleo, descubriendo que una de las medidas de este plan será la revisión de la fiscalidad del diésel para equipararse a la que se aplica en la gasolina.
2.100 millones de euros es el importe extra que pretende recaudar el nuevo Gobierno a través de esta revisión de la fiscalidad aplicada al gasóleo en nuestro país. Esta medida tiene como objetivo introducir un sistema de recaudación con el que directamente financiar políticas medioambientales, por lo que podríamos entender este incremento en los impuestos sobre el gasóleo como una tasa medioambiental. Esta recaudación extra tiene como justificación el gasto en medidas contra el cambio climático, aunque por el momento no se han detallado acciones concretas en este sentido.
La revisión de la fiscalidad del diésel para su equiparación con la gasolina se aplicaría directamente en el impuesto especial que se aplica al combustible, por lo que el diésel se encarecerá en 9,55 céntimos por litro. Para hacernos una idea de cuánto supone esta subida, para un precio medio del gasóleo en España de 1,237 euros, el aumento de la fiscalidad previsto supondría un desembolso extra en torno al 7,5%.
En estos momentos el impuesto especial que se aplica a la gasolina es de 40,25 céntimos por litro mientras que el del gasóleo es de 30,7 céntimos. Con la equiparación de ambos impuestos se prevé un aumento de la recaudación de 2.100 millones de euros, aunque también se señala que esta equiparación se pretende realizar de forma escalonada, con lo que el aumento del precio del gasóleo se produciría en diferentes fases que comprendería un tiempo inferior a 4 años para la completa equiparación.
Más impuestos, un diésel más caro
Tal y como ya está sucediendo en otros países de la zona euro, el diésel se ha convertido en el enemigo a batir, bien sea a través de vetos directos, bien sea a través de políticas que a corto y medio plazo desincentiven su uso. El encarecimiento del precio de gasóleo es solo una medida más para reducir el ahorro que supone el uso de un vehículo diésel, permitiendo además obtener una importante recaudación extra en un país como España donde existe un parque de automóviles diésel de gran magnitud, además de una gran presencia del transporte por carretera.
Fuente: Expansion