No hay nada peor que el miedo y la incertidumbre para todo objeto sujeto a especulación, y si hablamos de petróleo y el barril de Brent aún más. Esta es la situación a la que nos enfrentamos ahora tras el ataque con drones sufrido por la petrolera Aramco en Arabia Saudita. Un evento que está poniendo patas arriba el clima político y que como consecuencia directa traerá una subida de precios del diésel y la gasolina.
El pasado Sábado se hacía público un ataque con drones sufrido por dos de las mayores refinerías con las que cuenta Arabia Saudí. El golpe se traducía de forma rápida en un recorte de la producción de petróleo y con ello se veía afectado el abastecimiento a nivel mundial. El recorte suponía reducir la producción en 5,7 millones de barriles, o lo que es lo mismo, una reducción del 50%.
Con este clima la noche del Domingo ya mostró un escenario muy propicio para que la apertura de los mercados asistiesen a una fuerte subida del barril de Brent, el indicador de referencia. La subida finalmente no fue tan acusada como se presagió, un 10% para alcanzar los 69 dólares, un incremento más moderado gracias a los anuncios de EE.UU. y la propia Arabia Saudita confirmando la puesta en circulación de barriles procedentes de sus reservas para amortiguar el recorte.
Aún con ello, el ambiente sigue enrarecido con la búsqueda de los responsables del ataque por parte de EE.UU. y Arabia Saudita y una creciente sospecha sobre Irán. La recuperación de la producción por parte de la planta de Aramco es el factor crucial para impedir que el barril de Brent siga escalando posiciones, especialmente si se cumplen los pronósticos de recuperar la normalidad en la producción en cuestión de pocas semanas. Mientras tanto los temores se centran en un abastacimiento vía reservas que finalmente no se cumpla y un aumento de las tensiones políticas que finalmente hagan que el barril de Brent cumpla los peores pronósticos superando con creces los 70 dólares.
Esta situación es la culpable de que desde este mismo Lunes se estén viendo subidas tanto en el diésel como la gasolina provocadas por el encarecimiento del petróleo y los pronósticos que sobre él se ciernen. Sin que esto suponga un fuerte encarecimiento de los combustibles, sí que hablamos de una subida que podría ir a más con la evolución del conflicto y la del precio del petróleo. Sin que estemos ante un problema de abastecimiento, sí que se trata de un problema de encarecimiento. Por esta razón, aunque el suministro está sobradamente garantizado, si queremos ahorrar dinero al repostar en las próximas semanas puede ser un buen momento para llenar el depósito.
Fuente: El Confidencial
