Tras una especie de tregua en la que los precios jamás volvieron a los niveles previos a la guerra entre Rusia y Ucrania o a la pandemia por el COVID-19, la inquietud vuelve a apoderarse de los consumidores en el mercado de los hidrocarburos. Tanto la gasolina como el gasóleo no paran de subir desde hace dos semanas lo que, en pleno verano, se traduce en un gran gasto adicional con que el muchas familias no contaban de cara a sus vacaciones. Y es que, aproximadamente, se ha incrementado el valor de sendos tipos de combustible en 0,10 euros por litro, lo que significa una media de 5 euros más por depósito.
Que el coste del carburante aumente en agosto no es ninguna novedad. Las gasolineras y sus proveedores saben bien que es el mes con más desplazamientos por carretera de todo el año. Sin embargo, al margen de la estacionalidad típica del estío, los precios están comportándose de una forma atípica y su engrosamiento responde a otros motivos (adicionales). Algunos son realmente preocupantes porque se trata de la subida más importante en lo que llevamos de ejercicio. Y ya van cuatro.
Según la información que proporcionan algunos comparadores de precio, la gasolina SP 95 cuesta 1,69 €/l en promedio, mientras que el gasóleo A vale 1,57 €/l, siendo más caros en España que en la mayoría de países de la Unión Europea. En nuestro país, Murcia es la provincia donde más barato resulta repostar. Aun así, en el mejor de los casos, para llenar un tanque de 50 litros (el volumen más habitual entre los turismos y SUV actuales) ya son necesarios un mínimo de 83 euros de “bencina” o 77 de “diésel”. ¿A qué se debe esta tendencia al alza?
El aumento en las cotizaciones de los refinados, la amenaza de Arabia Saudí y el descaro de toda la cadena de suministro
Indican los expertos en la materia que, a pesar de que las empresas energéticas, distribuidoras y gasolineras se estén aprovechando de temporada estival y el mayor número de viajes veraniegos que acontecen desde 2022, estas subidas también se explican desde una perspectiva bursátil y comercial. Principalmente, se deben a un aumento en las cotizaciones internacionales de los productos refinados que repercute de una manera directa en el precio que marcan los surtidores. Hablamos, en esencia, del crudo.
Pero existe otra razón, la cual tiene que ver con la reciente decisión que ha tomado Arabia Saudí en términos productivos con el propósito de modificar el equilibrio de mercado entre la oferta y la demanda de petróleo, pudiendo conservar e incluso ampliar sus márgenes de beneficio (allí se excusan en “apoyar la estabilidad y la seguridad de la industria”). Esta reducción en la extracción que se cifra en 1,5 millones de barriles diarios menos, aunque será prorrogable, tendrá efectos negativos sobre el bolsillo de los conductores hasta finales de 2024. Por tanto, será muy impopular e improbable un hipotético nuevo impuesto al diésel en España.
Ante una perspectiva lamentable que puede desembocar nuevamente en precios cercanos a los 2 euros por litro en las estaciones de servicio de bandera, nuestra recomendación es llenar el depósito cuanto antes, anticipándose a las movilizaciones masivas como la próxima operación salida/retorno por el cambio de quincena. ¿Sabías que, por lo general, es más barato repostar los lunes que cualquier otro día?
