Para responder a esta pregunta basta con buscar en Twitter la cuenta de SpaceX, la compañía aeroespacial de Elon Musk. Es este canal, el predilecto de su fundador, el que han empleado para mostrar las primeras fotografías imágenes de la Super Heavy B4. O lo que es lo mismo: el cohete más potente de la historia.
En Starbase, las instalaciones que SpaceX posee en Boca Chica (Texas, Estados Unidos) trabajan sin descanso en su creación más ambiciosa: la Super Heavy, que mide setenta metros de alto por diez de ancho. Terminado su desarrollo, la nave ya es una realidad. No en vano, el día 1 de agosto fue ensamblada y un día después llegó el turno de sus motores: gracias a ellos exhibirá el doble de fuerza que Saturno V, el cohete de la NASA.
29 motores que podrían ser 33
Como todo vehículo, la B4 necesita un propulsor que la impulse… aunque en este caso lo correcto es hablar de propulsores. La nave de Elon Musk ha sido equipada con 29 motores Raptor, una cifra que podría crecer hasta los 33 en el diseño final: estarán alimentados por oxígeno y metano líquido. Sea como sea, los cálculos estiman que podrían generar un empuje de unas 5.400 toneladas cuando se produzca el lanzamiento. Una maniobra para la que contará con la ayuda de cuatro aletas en rejilla para poder equilibrarse en el espacio.
Todo está preparado para poner a prueba los 29 motores Raptor de la Super Heavy. Por ahora, en Starbase sólo han llevado a cabo el encendido de tres propulsores al mismo tiempo: un test que se llevó a cabo el pasado mes de julio en el B3, es decir, la unidad que tienen para realizar este tipo de ensayos. La B4 será quien lleve la batuta en el primer intento de alcanzar la órbita por parte del sistema Starship.
Completing feed system for 29 Raptor rocket engines on Super Heavy Booster pic.twitter.com/uARWx2HYTr
— Elon Musk (@elonmusk) July 29, 2021
La Luna y Marte
En el momento en el que SpaceX consiga esto, la nave Super Heavy será fundamental para afrontar las misiones para las que Elon Musk ya ha establecido dos destinos: La Luna y Marte. Sin embargo, en Starbase mantienen la calma mientras siguen adelante con los preparativos. ¿La razón? Todavía no han conseguido que la Administración Federal de Aviación (FAA) les dé luz verde.
Sin este requisito ninguna de las naves de SpaceX podrá despegar y dicha autorización no llegará hasta que el citado organismo lleve a cabo una revisión ambiental, un proceso que podría llevar varios meses. A pesar de ello, la compañía de Elon Musk sigue trabajando para lleva a cabo un lanzamiento orbital a corto o medio plazo: la primera prueba de Super Heavy consistiría en un viaje rápido a la órbita que partiría desde Starbase y finalizaría con un aterrizaje en el Océano Pacífico frente a Hawái.
Fuente: SpaceX | Elon Musk