Era sin duda uno de los temas que más preocupaban a los conductores españoles, especialmente tras las declaraciones de algunas administraciones, que auguraban un 2024 complicado para todos aquellos usuarios que circulasen de manera habitual por vías rápidas como autopistas o autovías. Estamos hablando de la imposición generalizada de peajes en vías rápidas, una medida que parecía ya inevitable pero que España ha logrado evitar, al menos temporalmente, con el beneplácito de la Unión Europea.
Tras haber promovido junto con la Unión Europea la Ley de Movilidad Sostenible (aunque no llegó a tramitarse tras la convocatoria de elecciones generales y, por tanto, la disolución de las cortes) parecía inevitable la implantación de un sistema de peajes generalizados en todas las autopistas y autovías españolas, un sistema similar al que ya utilizan varios países de nuestro entorno y que sin duda iba a suponer un problema para muchos conductores que no podrían hacer frente al coste adicional a la hora de desplazarse.
La polémica creada por esta medida fue tal que, sin duda, ha sido uno de los temas «estrella» de la campaña electoral. Ahora, Pedro Sánchez ha conseguido llegar a un acuerdo con la Unión Europea para retrasar esta medida, de manera que no llegará en 2024 tal y como estaba previsto. Eso sí, como ya hemos comentado se trata de un acuerdo, de manera que ahora España tendrá que enfrentarse a otros retos en forma de introducción de medidas de impacto ambiental.
España sortea los peajes en las autopistas, al menos temporalmente
El acuerdo alcanzado con Bruselas permite a España sortear el que sin duda iba a ser uno de los grandes escollos de los últimos años en términos de movilidad, aunque parece será una medida a la que tarde o temprano nos tendremos que enfrentar como conductores. Estos peajes generales tenían previsto empezar a funcionar ya desde 2024, en apenas unos meses. Inicialmente de manera general, en forma de «abono» temporal que permitiría realizar viajes de manera ilimitada con un coste fijo.
La evolución de este sistema llegaría con la instalación de pórticos de lectura de matrícula, que de manera similar al sistema que ya se utiliza en nuestro país vecino, Portugal, se pagaría por kilómetro recorrido, por tipo de vehículo y en función también del potencial contaminante del mismo. Barajando ya un coste aproximado de 0,01 euros por cada kilómetro recorrido, estaríamos hablando de 1 euro adicional por cada 100 kilómetros realizados en autopista.
A cambio del retraso (de momento indefinido) de esta medida, España se compromete a llevar a cabo un paquete de medidas de apoyo a la movilidad sostenible, poniendo especial énfasis en medidas de potenciación del uso del tren y del transporte público.
