El mercado de los SUV no para de crecer, una tendencia que parece no tener fin, ni siquiera tras la progresiva llegada de la electrificación al mercado del automóvil, que exige coches más eficientes y aerodinámicos. La DGT quiere ahora racionalizar el espacio de aparcamiento, especialmente en las grandes ciudades, y sí, serán los grandes SUV los que tengan que «pagar el pato» en gran proporción.
El entorno urbano, especialmente en las grandes ciudades, es un lugar cada vez más hostil para el vehículo privado, que está perdiendo terreno a pasos agigantados en una vorágine de racionalización del espacio público en el que el coche privado no tiene ya las prioridades y los beneficios de los que ha disfrutado hasta la fecha. Sin embargo, que nadie se engañe: el coche privado seguirá siendo parte de las ciudades por mucho tiempo.
La DGT, no obstante, quiere que las ciudades sean territorios en los que el uso del coche privado esté reservado a ciertas necesidades muy específicas, de manera que, además, los vehículos que accedan a ellas sean vehículos con un cierto carácter urbano, al menos en su mayoría. Para ello, está preparando, en colaboración con los ayuntamientos, un nuevo régimen tarifario para las zonas de estacionamiento regulado, un nuevo régimen tarifario que beneficiará a los coches más pequeños y urbanos.
Los grandes SUV pagarán más por aparcar
Para conseguirlo, la DGT ha comenzado a compartir con los diferentes ayuntamientos algunos datos técnicos de los vehículos matriculados en nuestro país, datos técnicos relativos sobre todo a sus dimensiones y peso, con el fin de crear nuevas tarifas en las que los coches más grandes y voluminosos tendrán que pagar más por estacionar en plazas públicas.
Bajo el principio de «cuanto más ocupas, más pagas», los grandes SUV serán los principales perjudicados de esta nueva medida, que muy probablemente estará lista para finales de este mismo año 2021, ya que sus dimensiones no los hacen especialmente aptos para una circulación urbana intensiva. Los coches más pequeños y urbanos, por su parte, podrían salir beneficiados.
Esta medida, no obstante, no es incompatible con el uso y la discriminación por potencial contaminante, de manera que las etiquetas ambientales seguirán siendo un argumento más con el que regular el tráfico en las grandes ciudades. Esto significa que, si hasta ahora un Audi Q7 e-tron puede aparcar gratis zonas de estacionemitno regulado de ciudades como Madrid, es más que probable que a finales de este año deje de hacerlo debido, precisamente, a sus grandes dimensiones.
Tras esta medida, la pregunta es clara: ¿llegarán acciones destinadas a mejorar la efectividad del transporte público con las que paliar este tipo de medidas restrictivas, o veremos un progresivo abandono del coche y de los vehículos a motor en general en entornos urbanos?