El Suzuki Jimny continúa imparable su meteórico ascenso a la fama. El pequeño todoterreno japonés no tiene nada que temer a pesos pesados como el Toyota Land Cruiser, como ya os hemos demostrado en nuestro canal de YouTube. En esta ocasión os venimos a hablar de una curiosa transformación llevada a cabo sobre el todoterreno de Suzuki: un preparador japonés lo ha convertido en un coche de circuito. Sí, un coche racing, con neumáticos deportivos y suspensiones rebajadas. Una idea sobre el papel genial y diferente, pero en la práctica puede que incluso peligrosa, como os demostraremos en vídeo.
Este Suzuki Jimny es el último proyecto de Rainbow Auto, un taller japonés especializado en preparaciones sobre el Jimny. Preparaciones enfocadas a un alto rendimiento sobre el asfalto, no a mejorar sus capacidades todoterreno. Sobre el Jimny saliente han llevado a cabo modificaciones muy extensas, tocando todos sus componentes mecánicos. El nuevo Suzuki Jimny ha sido lanzado en Japón hace apenas meses, pero ya han tenido tiempo de llevar a cabo una serie de modificaciones interesantes. La primera, es la instalación de una suspensión deportiva rebajada.
Suzuki Jimny PRO
Una suspensión consistente en nuevos coilovers Bilstein, con muelles de menor altura y dureza ajustable. El resultado es un coche que ahora está mucho más cerca del suelo. La geometría del eje delantero es mucho más agresiva, con una importante caída negativa destinada a mejorar el paso por curva. Sus llantas son de 16 pulgadas y están envueltas en neumáticos deportivos Bridgestone para uso en circuito. El equipo de frenado también ha sido mejorado, con pinzas de freno y discos procedentes de un Subaru Impreza 22B STi, uno de los deportivos japoneses más «pata negra».
Sobre el papel, no hay modificaciones adicionales más allá de un difusor trasero y un baquet Recaro, o al menos es lo que he podido averiguar a través de la pobre traducción del japonés de Google. En el vídeo que os enseñamos a continuación, un piloto japonés se da un paseo más que ágil con el coche en el Mobara Twin Circuit, un trazo corto, revirado y técnico. Un trazado en el que este Jimny con caja de cambios manual va en modo de dos ruedas motrices. El piloto japonés no se corta un pelo y va con el cuchillo entre los dientes, sacando el máximo partido al motor de 0,66 litros y tres cilindros, un motor de 64 CV que apenas tiene que arrastrar una tonelada.
Se ha eliminado la rueda de repuesto trasera y el Jimny de partida es una versión básica, sin el kit de ensanchado que se vende en Europa. Aunque el coche permanece estable y sus balanceos son contenidos, no puede vencer a las leyes de la física. En una de las curvas el coche está a punto de volcar (minuto 12:30 en el vídeo que hemos dejado sobre estas líneas) evidenciando lo alto que es su centro de gravedad. Para que un coche así sea realmente efectivo en asfalto, tendría que tener una mayor anchura y estar aún más cerca del suelo – y con todo, tampoco sería un deportivo idóneo.
En cualquier caso, esta simpática transformación alegra nuestros corazones.