Por cómo ha trascendido su vida comercial, se puede decir que la última generación del Suzuki Jimny no ha visto reflejada en su andadura el completo acierto que fue. Primero ahogado por una demanda muy superior a la prevista y luego retirado de la oferta de la marca por elevar de manera peligrosa la media de emisiones de la misma, este pequeño todoterreno japonés lleva años esperando una renovación con la que poder llegar a un público más amplio.
Estos últimos años apenas ha sobrevivido estando a la venta, únicamente, como un vehículo comercial de dos plazas. Una versión que ahora, con motivo de su cese comercial, recibe una edición limitada a 150 unidades denominada Suzuki Jimny Mata.
Mata: hasta pronto en japonés
Suzuki Jimny PRO
Tal y como indica la propia denominación de esta serie limitada, cuya traducción se entiende algo así como ‘hasta pronto’ o ‘más allá’, el Jimny se despide del público europeo con una edición limitada que tiene sabor agridulce. De momento esta iteración pertenece sólo a la división italiana de Suzuki: no está prevista para más mercados que para Italia.
El Jimny Mata se desmarca de las variantes convencionales por su pintura bitono, con el techo y capó negro mate y plata siberiano, y la presencia del carácter japonés ‘mata’ en la tapa de la rueda de repuesto trasera, los laterales del capó y el salpicadero.
Mecánicamente no hay cambios relevantes conforme a lo conocido hasta ahora. Bajo el capó sigue estando el incansable propulsor atmosférico, de gasolina, de cuatro cilindros y 1,5 litros que rinde 102 CV de potencia y 130 Nm de par motor. Es un propulsor con la potencia justa para mover al Jimny de manera solvente, pero no brillante.
Encargada de transmitir la potencia a las cuatro ruedas, sigue estando, por tanto, la misma caja de cambios manual de 5 relaciones que cuenta con una reductora clásica, por palanca, nada de botones o ajustes a través del sistema de información y entretenimiento.
Tampoco hay cambios sustanciales en el interior. Espartano y duradero como señas de identidad, una pantalla central Pioneer y un cuadro de mandos de apariencia tosca, de formas cuadradas y con los tornillos a la vista dominan el salpicadero, con unos tradicionales asientos de tela en tono gris dando cobijo a sus ocupantes. Cabe señalar que el Jimny Pro tan sólo se comercializa con dos asientos desde que sufriera el salto de todoterreno a vehículo comercial.
Salvo otras ediciones especiales que pudieran lanzar más países o que tuviera origen en la propia Suzuki, con el Jimny Mata este pequeño todoterreno japonés pone un punto y seguido a su vida comercial.
Está previsto que el fabricante le dé vida una vez más con una nueva generación, pero debido a la normativa que impera en Europa, para poder ser comercializado como un turismo al uso deberá sufrir cambios de importancia que lo llevarán a perder la sencillez que siempre le ha caracterizado.
Todavía no hay fechas ni confirmación oficial acerca de qué tipo de tecnología será la que acabe tomando lugar bajo su carrocería, pero todo apunta a que veremos al próximo Suzuki Jimny convertido en un coche híbrido gracias a trabajo conjunto de su fabricante con Toyota, ganando con ello, como mínimo, la etiqueta Eco de la DGT.