Aunque bien es cierto que un coche como el Suzuki S-Cross puede parecer un simple SUV urbano, lo cierto es que su legado le precede. Y es que estamos hablando de una marca famosa por haber engendrado a algunos de los más ilustres todoterrenos, así que cuando descubrimos que nuestro protagonista tiene tracción total no podemos evitar llevarlo a Ocaña. Y eso mismo ha hecho mi compañero y amigo Juanma para descubrir si el S-Cross está a la altura de las circunstancias o, por el contrario, ha perdido esencia por el camino.
Por una parte nos encontramos con una estética más bien discreta y que encaja en ese concepto de SUV urbano, y del cual nadie sospecharía que en realidad se trata de un 4×4. Pero, ¿es esa la realidad? Sobre el papel nos encontramos con un motor 1.4 de 129 CV, una caja de cambios manual de seis relaciones y un sistema de tracción total pero, ¿qué pasa cuando dicho cómputo se aplica fuera del asfalto?
¡El Suzuki S-Cross 4×4 al límite en Ocaña!
Tal y como indica Juanma, a priori nos encontramos con un coche que se puede defender muy bien en pistas o zonas de terreno adverso, pero no en zonas más técnicas como pueden ser Ocaña. No obstante, y tal y como ocurrió en nuestro Mundial 4×4, las sorpresas están casi siempre garantizadas, y puede que el Suzuki S-Cross nos de una.
Su altura libre al suelo es de 18 centímetros, pero sus cotas están pensadas para circular por asfalto, siendo datos negativos a la hora de salir de carretera y tener que realizar, por ejemplo, cruces de puentes. Sea como fuere, la primera prueba son los dubbies, un tipo de adversidad que puede encontrarse el propietario del S-Cross en una ruta por campo.
Aquí el SUV nipón muestra uno de sus problemas, una primera marcha demasiado larga que no nos permite afrontar el obstáculo tan despacio como a uno le gustaría, ya que de lo contrario se cala y nos obliga a jugar con el embrague. Ahora bien, ¿qué pasa cuando nos afrontamos a una pendiente de nivel fácil?
Dicha prueba no debería suponer demasiados inconvenientes al Suzuki S-Cross, por lo que es tan sencillo como acoplar el modo «Lock» y plantarle cara. En el primer intento lo cierto es que lo consigue, aunque eso sí, cogiendo algo de inercia inicial; sin embargo, cuando Juanma afronta la parte más compleja de la cuesta, donde hay un cruce de puentes, el S-Cross sufre bastante, obligándole a coger incluso más inercia para poder coronar.
Ahora bien, la pendiente anti-SUV hace honor a su nombre con el Suzuki S-Cross que, aunque bien es cierto que casi supera, no consigue alcanzar la cima. Pero no debemos olvidar que nuestro protagonista no solo tiene ciertas cualidades off-road, sino que también es un coche ideado para conducir por asfalto, por lo que es necesario descubrir qué tal se comporta en dicho entorno.
Y es que es aquí donde nos encontramos con un coche cómodo, relativamente bien aislado y con potencia suficiente para abordar todo tipo de situaciones. A ello debemos sumarle ciertas licencias fuera de la carretera, haciendo que sea una opción sensata para quien quiera un coche para el día a día pero que también tenga la necesidad de abordar pistas forestales de vez en cuando.