El Mercedes-Benz Clase S es, ya desde su versión básica, uno de los coches más sofisticados, cómodos y lujosos del mercado. Es así y prácticamente siempre lo ha sido desde que existe la Clase S de Mercedes. Sin embargo, y a pesar de sus generosas proporciones, hay un mercado para este tipo de coches destinado a aquellos que buscan un gran coche para viajar con chófer y necesitan más espacio en las plazas traseras, para lo cual cobran sentido los Clase S de batalla larga. Para quienes buscan ir un paso más allá en cuanto a lujo, existen los Mercedes-Maybach para cubrir ese hueco. Pero, ¿y si aún así hay a quien le sigue pareciendo poco? ¿Sigue habiendo alternativas dentro de la propia Mercedes? La respuesta es sí: el Mercedes-Maybach S 600 Pullman, una limusina de 6,5 metros de longitud, seis asientos y que cuesta como 7 Mercedes Clase S básicos.
Al ver el Mercedes-Maybach S 600 Pullman, a la mente de muchos vendrá el recuerdo del Mercedes 600 Grosser. En su época era un coche como ningún otro, todo sofisticación y ostentación, con un impresionante despliegue técnico y tecnológico. También el coche favorito de plutócratas, dictadores y demás jefes de Estado sedientos de fastuosidad. ¿Quién si no iba a querer un coche de 5,45 metros? Hoy esa longitud está próxima a las versiones largas de los Audi A8, Serie 7 o el propio Clase S, y el sucesor del viejo 600 Pullman mide hoy 6,5 metros y supera, por mucho, a un Clase S normal. También en precio.
De hecho, un concesionario holandés tiene a la venta una unidad del Mercedes-Maybach S 600 Pullman, según el vendedor una de las únicas seis que se han fabricado. Con sólo 400 km recorridos, está a la venta por 697.480 euros, o dicho de otra forma: lo mismo que 7 Clase S básicos. Este S 600 Pullman mantiene los mismos principios básicos que su abuelo: ser capaz de alojar con el máximo confort y lujo a sus pasajeros, y hacer gala del más alto nivel de representación. Para ello cuenta con tapicería de la mejor piel de Mercedes, asientos ventilados, calefactados y con masaje en todas las plazas, la suspensión Magic Body Control, portabanderas en los laterales del capó…
Pero sin duda el protagonismo está en la parte posterior, donde hay hasta cuatro asientos completamente independientes (de los cuales dos son retraíbles). Una descomunal batalla de 4.418 mm permite un espacio suficiente como para poder albergar a los cuatro pasajeros, o poder reclinarse completamente en caso de viajar dos personas. Además, el incremento de la altura total del vehículo (hasta los 1,6 metros aproximadamente) permite aumentar sensiblemente la altura hasta el techo.
Los dos asientos principales (los dispuestos en el sentido de la marcha), cuentan con masaje y reposacabezas ergonómicos, y entre ambos hay un refrigerador y copas de champán; no puede faltar el sistema multimedia y de entretenimiento con hasta tres pantallas, el climatizador específico, ni una pequeña tabla para cada asiento para apoyar el ordenador o el periódico. En todos los cristales traseros hay cortinillas eléctricas para una privacidad total, y aún hay que sumar el cierre asistido de las puertas, reposapies, una moqueta con lana de cordero y tres relojes en la parte central del techo que recuerdan a los anteriores Maybach y que indican la velocidad del vehículo, la hora y la temperatura exterior. Por si fuese poco, equipa todas y cada una de las opciones de tecnología y seguridad existentes en Mercedes. Todas.
De mover el coche -recordemos que con sus 6,5 metros es más de un metro más largo que un Mercedes-Maybach estándar- se encarga un V12 biturbo de 5.980 cm³ que desarrolla 530 CV y 830 Nm desde sólo 1.900 rpm, un dato muy a tener en cuenta para empezar pronto a empujar con fuerza una mole que coquetea con las tres toneladas. Con estas credenciales, ¿quién querría un Mulsanne Grand Limousine?
