La industria del automóvil china es, cuanto menos, curiosa. Aunque dejándose muchos flecos sueltos por el camino, sobre todo en lo relativo a posicionamiento de productos dentro de su propia estructura de marcas y comunicación, lo cierto es que ahora mismo China está en un momento cuyo potencial permite a prácticamente cualquier fabricante hacer lo que se le antoje, como demuestra el último de los lanzamientos del gigante Great Wall Motors.
La novedad en sí no es el todoterreno que han presentado, el Tank 300, una suerte o mezcla entre Ford Bronco y Toyota Land Cruiser, pues ya conocíamos al modelo con anterioridad y ha llegado a múltiples mercados internacionales, sino que lo que ha presentado GWM con motivo del Salón del Automóvil de Shanghái entre novedades copadas por motores eléctricos e híbridos enchufables es un auténtico motor V8, y lo han llamado Tank 300 Hooke.
Imágenes del Tank 300 Hooke (con motor V8)






El Tank 300 destaca por su auténtico diseño retro, inspirado las versiones clásicas de los Ford Bronco, Toyota Land Cruiser o Mercedes Clase G, tiene unas proporciones de auténtico 4×4: están marcadas por sus 4,76 metros de largo, 1,93 metros de ancho y 1,92 metros de alto, y una distancia libre al suelo de 224 mm, el modelo ofrece cotas todoterreno muy respetables: 33º de ataque, 34º de salida y 23º ventral.
Esta receta de 4×4 puro se completa con una estructura de largueros y travesaños y un enfoque de producto asequible que ha generado gran interés en mercados como Australia, donde en su versión más equipada cuesta menos de la mitad que un Ford Bronco.
En cuanto a su oferta mecánica, hasta la fecha el Tank 300 estaba disponible con varios motores: un gasolina 2.0 turbo de 220 CV, un híbrido que combina ese mismo motor con un eléctrico para alcanzar 345 CV y 615 Nm, y un diésel 2.4 turbo de 184 CV. Todo ello acompañado de cajas automáticas de 8 o 9 velocidades según versión.
A ello se suma ahora un propulsor que va directamente contra corriente: un V8 biturbo de 4,0 litros, con dos turbocompresores colocados en disposición «caliente» entre las bancadas de cilindros, capaz de alcanzar hasta 8.000 rpm y construido con un mínimo uso de piezas plásticas. Aunque Great Wall Motors no ha revelado la potencia final, las estimaciones superan los 600 CV, con posibilidades de rozar los 700 CV combinados al integrar un motor eléctrico en configuración híbrida enchufable.
Este desarrollo, que ha llevado cerca de cuatro años, apunta a modelos como el Tank 300, Tank 500 y Tank 700, todoterrenos de lujo capaces de rivalizar en concepto con mitos como el Toyota Land Cruiser, el Nissan Patrol o el Ford Bronco. Con una capacidad de remolque estimada en 3,5 toneladas, su planteamiento está claramente orientado a un uso exigente y aventurero.
Sin embargo, más allá del motor, lo que ha llamado poderosamente la atención ha sido la rotunda declaración de Mu Feng, vicepresidente senior de Great Wall Motors: “preferimos morir antes que fabricar coches de autonomía extendida”. Una postura que refuerza el presidente Wei Jianjun, quien calificó esta tecnología como «transitoria» y «obsoleta» para el futuro de la compañía.
GWM ha dejado claro, para acabar, que su estrategia pasará exclusivamente por el desarrollo de modelos eléctricos puros e híbridos convencionales, dejando de lado los elécctricos de autonomía extendida que marcas como Li Auto o incluso Volkswagen a través de la futura Scout están promoviendo. Todo pese a que en China los vehículos de autonomía extendida se han multiplicado, pasando de solo cuatro modelos en 2021 a más de cincuenta en 2024, con previsiones de dominar una parte importante del mercado en 2027 y 2030, tal y como apunta Car News China.
Imágenes del Tank 300 Hooke (con motor V8)





