Nuestros coches son, en general, más seguros que nunca. También las herramientas de las que disponemos los conductores son las más completas de la historia, pero nada de eso sirve de nada si la decisión final de un conductor pasa por coger su coche, su furgoneta, camión o motocicleta tras haber consumido alcohol o tras haber ingerido drogas. El consumo de alcohol y drogas sigue estando en las primeras posiciones en cuanto a causas de mortalidad, por lo que la Dirección General de Tráfico ha tomado la decisión de eliminar, en la práctica, el alcohol de las carreteras.
El alcohol y las drogas siguen siendo (tristes) protagonistas en la carretera
En España, los límites legales de alcoholemia para conductores están establecidos en 0,5 gramos por litro (g/l) de alcohol en sangre y 0,25 miligramos por litro (mg/l) en aire espirado. Para conductores noveles y profesionales, estos límites se reducen a 0,3 g/l en sangre y 0,15 mg/l en aire espirado, mientras que para aquellos conductores que aún no han cumplido los 18 años la única tasa permitida es la de 0,0.
El consumo de alcohol y drogas continúa siendo una de las principales causas de mortalidad en las carreteras españolas, pese a los enormes esfuerzos por parte de las autoridades de limitar este comportamiento. Según datos del Instituto Nacional de Toxicología, en 2022 el 51,9% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, representando el porcentaje más alto desde que se iniciaron estos registros en 1996. Este dato refleja no sólo como influye en los conductores este comportamiento, sino también un incremento en la incidencia del consumo de sustancias en la siniestralidad vial.
Así van a reducirse las tasas de alcohol en España
Todo va a cambiar en los próximos meses, cuando la reforma de la normativa vigente reduzca de manera drástica los límites de alcohol permitidos. Y es que hace un tiempo ya se planteó reducir el límite para los conductores profesionales hasta 0,2 g/l en sangre, una reducción que, finalmente, va a ser realidad para todos los conductores, independientemente de su profesión. Este límite supone una reducción de más del 50%, lo que, en la práctica, hará que sea imposible beber y conducir sin haberse saltado la ley.
Hasta ahora un hombre adulto podía beberse una cerveza y después conducir sin superar los límites, especialmente si además había ingerido alimentos. Con el nuevo límite beberse media lata de cerveza será suficiente para dar positivo en los hombres y, en el caso de las mujeres, será imposible ingerir cualquier tipo de bebida alcohólica sin arrojar un resultado positivo al soplar en el alcoholímetro.
Esta reforma será tramitada por el Congreso en los próximos meses, lo que significa que con casi total probabilidad en 2025 España estrenará nuevas tasas de alcoholemia que, si bien no serán de 0,0, sí supondrán una reducción drástica de la cantidad de alcohol que los conductores de nuestro país podrán «llevar» encima cada vez que se pongan tras el volante.