Si hablamos de fiabilidad, robustez y económicas reparaciones es imposible no mirar con nostalgia aquellos coches de los años 70 y 80 que podían con todo. Pero los tiempos han cambiado, incluso para Marruecos. El país vecino está modernizando su parque automovilístico, y aunque algunos taxistas marroquíes se niegan a jubilar sus viejos e indestructibles Mercedes diésel, la realidad demuestra que los hierros son cada vez menos y que Dacia además de reinar en España, también lo consigue en Marruecos.
Visitar el Marruecos más profundo es literalmente hacer un viaje al pasado en materia de movilidad tal y como te demostramos en nuestro Panda Raid o la más reciente Jimny Desert Experience, especialmente si lo comparamos con las ciudades españolas pese a que también adolecen de un preocupante envejecimiento de sus coches. Así, más allá del caos imperante en el tráfico y el cuestionable estado de muchas de sus carreteras, si hay algo que llama la atención en Marruecos es la cantidad de coches «viejos» que aún circulan por allí, sobre todo si nos alejamos de las grandes ciudades. Hablamos de coches que figuran ya en nuestro imaginario colectivo, pero que en Marruecos trabajan a diario sin la más mínima muestra de cansancio.
Un claro ejemplo de este escaparate es el colectivo de los taxistas, un gremio donde pese a la cada vez mayor presencia de berlinas y monovolúmenes modernos de precio ajustado, todavía es posible ver Mercedes 240D, 250D, 300D… berlinas de gran tamaño, con enormes motores diésel y con un diseño fácilmente reconocible. Son aquellos coches de nuestros abuelos que brillaban por ser ejemplos de robustez y que a de día de hoy incluso cotizan al alza en mercados de segunda mano como el nuestro. La transformación se está produciendo con coches como el Dacia Lodgy o el Dacia Logan liderando el cambio, pero las viejas glorias siguen presentes en muchos lugares.
Mantener estos coches viejos tiene un problema, y es que su preocupación por las emisiones es nula, más aún después de tantas décadas de servicio donde han sido manipulados hasta la extenuación. Por ello, desde hace años el Gobierno de Marruecos tiene en marcha un plan de incentivos para que los marroquíes modernicen sus coches, un plan de rejuvenecimiento que poco a poco está convenciendo al colectivo, aunque no a todos.
Algunos taxistas marroquíes se niegan a jubilar sus viejos Mercedes. La apuesta por este tipo de coches se defiende con argumentos difícilmente rebatibles, encontrando máquinas que se rompen rara vez, que ofrecen un consumo bajo, que cuentan con chasis y carrocerías que resisten muy bien el maltrato de las carreteras del país y que además se benefician de un mercado de piezas de recambio y mano de obra baratos y fácilmente accesibles en todo el territorio.
El Marruecos automovilístico no tan desfasado
Pero no todos piensan igual. La fuerte presencia de Renault y Dacia a nivel local, con grandes líneas de producción asentadas y una imagen de marca en auge, está siendo una parte fundamental del rejuvenecimiento del mercado automovilístico marroquí. La compra de coches nuevos crece poco a poco y permite mejorar el aire que se respira en Marruecos, permitiendo además mejorar sustancialmente el confort y la seguridad de taxistas y clientes. Sin embargo este cambio no es rápido y tiene dos claros obstáculos todavía: un precio de compra elevado incluso añadiendo los incentivos y una todavía más difícil de solucionar incertidumbre en términos de fiabilidad, costes de reparación y disponibilidad de repuestos y mano de obra.
En definitiva, aquellos viejos Mercedes diésel indestructibles siguen con vida en Marruecos, sin embargo es importante puntualizar que el país vecino está tranformándose a buen ritmo con el automóvil como motor económico. Sin ir más lejos, más allá del éxito de marcas como Dacia, no podemos pasar por alto que Marruecos pretende convertirse en un fabricante de coches de gran relevancia a nivel internacional, compitiendo directamente con España, muy centrado en la exportación y captando la atención de fabricantes como Renault-Nissan, PSA, BYD y diferentes industrias de componentes auxiliares.