Al comenzar la crisis sanitaria, y económica anticipábamos un riesgo que parecía evidente. Con una economía maltrecha, una gran incertidumbre y ciudadanos valorando, razonablemente, optar por el transporte privado para evitar los contagios, se estaba conformando el escenario perfecto para la proliferación del concepto de coche mileurista. La definición de coche mileurista es una licencia que nos tomamos para definir a esos coches entrados en años, que se mueven en el mercado de ocasión en precios muy ajustados y, de ahí el adjetivo, en el entorno de los mil euros.
Estos días os contábamos con la DGT, en palabras de su Director, Pere Navarro, expresaba sus temores a este respecto y declaraba que «no puede ser que haya transferencias y compraventas de vehículos de gran antigüedad«.
¿Pero por qué es un problema que se produzca este auge en los coches mileuristas?
¿Son un problema los coches mileuristas?
Aunque los coches modernos traigan consigo ventajas tan importantes, en términos de seguridad, y eficiencia, un coche antiguo no ha de ser un problema per se. De hecho, desde estas líneas también hemos defendido la importancia del concepto de coche mileurista. El problema llega cuando la antigüedad de un automóvil sirve de excusa para buscar un ahorro, más allá de lo recomendable, en su mantenimiento, o mostrar cierta despreocupación por elementos que juegan un papel fundamental en la seguridad de un coche.
Y estaréis conmigo en que un mercado en el que aumenta el movimiento de coches cada vez más antiguos no hará otra cosa que propiciar precisamente ese efecto, que el parque de automóviles con el que compartimos las carreteras sea cada vez más inseguro.
En los últimos meses, el mercado de ocasión está recibiendo más presión que nunca. La crisis de semiconductores, que está parando líneas de ensamblado de coches y retrasando muchos meses la mayoría de pedidos a fábrica, está haciendo que muchos compradores tengan que dirigirse a la segunda mano para adquirir un coche.
Pero el problema no es otro que el hecho de que los coches usados de más de 15 años supongan un 35,5% de las ventas (cifras de 2020), en 2019 suponían un 31,3% de las ventas.
La edad media del parque de automóviles en España, por otro lado, es de 13,5 años.
En octubre se matricularon 74.228 coches nuevos y se vendieron, en el mercado de ocasión, 73.993 coches de más de 15 años.
Las mejores propuestas del mercado de ocasión están, precisamente, en coches entre tres y cinco años, que suponen un 11% de las ventas de segunda mano. En ese rango de antigüedad encontramos coches con tecnologías modernas y fiables, por su bajo kilometraje, suponiendo un ahorro importante respecto a un coche nuevo. Pero evidentemente no todas las economías familiares pueden permitirse jubilar su coche antiguo, o comprar un coche moderno, nuevo, o de segunda mano. Y precisamente por eso los vehículos de más de 15 años gozan de una cuota tan elevada en el mercado de ocasión.
Nuestro consejo, si compramos, o disponemos, de un coche de más de 15 años, pasa por ser aún más cuidadosos, con las averías, y con las labores de mantenimiento. En vez de buscar el ahorro, deberíamos pensar sobre todo en invertir más en su mantenimiento y acortar el tiempo y el kilometraje que transcurre entre revisiones periódicas. La mecánica, y los componentes, de un coche entrado en años requiere de mayores cuidados y eso contribuirá a mejorar nuestra seguridad y a alargar la vida de nuestro coche.
Por otro lado, prestemos especial atención a elementos que juegan un papel fundamental en la seguridad de nuestro coche, como neumáticos, o el sistema de frenos. En coches que disponen de menos ayudas a la conducción y sistemas de seguridad menos sofisticados, el buen estado de neumáticos, frenos, o suspensiones, resulta crucial para evitar sustos.