Tesla acaba de anunciar que será la empresa encargada de producir la batería de ion de litio más grande del mundo. Las cifras del proyecto son espectaculares. Su capacidad de almacenamiento energético, de 129 MWh, equivaldría a las baterías de 1.290 Tesla Model S en su variante 100D y P100D, la que cuenta con mayor autonomía. Y eso no es todo. Con al menos 100 MW de potencia, esta batería tendrá capacidad como para suministrar energía a 30.000 hogares. Y es que, como ya te habrás imaginado, esta batería no ha sido concebida para un coche eléctrico. ¿Con qué fin está construyendo Tesla esta esta batería?
En septiembre del año pasado, el sur de Australia se enfrentó a una de las tormentas más destructivas de las últimas décadas. Como resultado de ella, el suministro eléctrico de amplias zonas del país quedó interrumpido durante horas, afectando a 1,7 millones de ciudadanos. Con la llegada del verano, Australia también sufrió importantes apagones. De ahí que las autoridades buscaran soluciones para mejorar el suministro eléctrico que, de paso, aumentaran la estabilidad de las redes eléctricas con las que trabajan sobre todo sus sistemas de producción de energía renovables.
De ahí que Australia planteara la necesidad de introducir en la red sistemas de baterías de gran potencia, con al menos 100 MW. Y es que la primera batería que producirá Tesla no será, ni mucho menos, la última.
Tesla ha conseguido encargarse de un proyecto que esperan esté funcionando a finales de año.
Su apariencia será muy parecida a la de la primera ilustración que encabeza este artículo. Las baterías se repartirán en grandes módulos, colocados simétricamente, que a su vez incluirán módulos más pequeños. De hecho el proyecto que está desarrollando Tesla podría definirse mejor como una matriz de baterías de litio, que como una batería.
Dicen que Elon Musk se habría comprometido a fabricar la batería en tan solo 100 días. Es más, Elon Musk ya se había comprometido a solucionar los problemas energéticos de Australia con sus baterías en un tiempo récord de 100 días desde que se firmase el contrato. Con lo cual, en algo más de tres meses este sistema de baterías ya debería estar conectado a la red eléctrica australiana, porque la cuenta atrás acaba de comenzar.