Toyota ha decidido dar un vuelco a su estrategia de vehículos eléctricos. En diciembre de 2021 se nos presentaba un ambicioso plan de vehículos eléctricos, que comprendía 30 lanzamientos de aquí a 2030, año para el cual Lexus ya sería una marca completamente eléctrica.
En menos de un año, en octubre de 2022, Toyota se planteaba revisar por completo su estrategia de eléctricos, tomarse un tiempo, reflexionar al respecto de la hoja de ruta y los objetivos que se habían marcado unos meses atrás. La reflexión surgida en Toyota, por otro lado, no solo estaba motivada por los últimos éxitos de Tesla, sino también por la amenaza cada vez mayor de la industria china.
Toyota Corolla
Desde estas líneas ya he dado mi opinión y os he contado cómo el aluvión de informaciones, filtraciones, e incluso reflexiones internas de Toyota, como las surgidas del estudio realizado por sus ingenieros a los últimos coches de Tesla, procedentes de responsables de la marca y de diferentes departamentos, solo podía responder a un hecho: Toyota está reinventando su estrategia de eléctricos y quiere que todo el mundo lo sepa.
Lo que Toyota descubrió destripando un Tesla
En un artículo mucho más detallado, os contábamos estos días algunas conclusiones a las que llegó Toyota destripando un Tesla, que fueron publicadas por Automotive News, y que podríamos resumir en lo siguiente:
- Toyota se sorprendió con los avances de Tesla. De puertas para fuera, puede dar la impresión de que algunos de sus modelos apenas han cambiado. Pero la ingeniería de sus productos habría ido evolucionando en los últimos años y Tesla no solo habría mejorado el diseño de sus coches, sino que también habría introducido soluciones que permiten que sus coches sean más ligeros y rentables
- De las informaciones filtradas, citas textuales de reacciones surgidas en Toyota a raíz del análisis del Tesla, como «es una verdadera obra de arte» o «es increíble»
- Uno de los aspectos que más sorprendió fue el paradigma del empleo de grandes módulos de fundición en la estructura, ahorrando en puntos de soldadura.
- Así como el empleo de la batería como un elemento estructural. Con estas técnicas Tesla podría haber llegado a ahorrar el empleo de cientos de componentes y hasta 100 kilogramos por coche
- Una de las claves del éxito de Tesla reside en haber diseñado sus coches como vehículos eléctricos desde cero, mientras la industria tradicional suele comenzar con la idea del coche de combustión interna de toda la vida y adaptar esa arquitectura a las necesidades de un vehículo eléctrico. En muchos casos, incluso, la industria más tradicional ha apostado por desarrollos multienergía, coches que pueden funcionar tanto con motores de combustión interna, como con sistemas exclusivamente eléctricos
- Los eléctricos requieren, sobre todo, de desarrollos muy centrados en el software. Es otra de las claves del éxito de Tesla, frente a una industria tradicional que, hasta hace poco, veía el software como un componente necesario, pero no el centro de sus desarrollos
Así debería ser el «Toyota Corolla» del futuro
Tras haber desgranado las conclusiones a las que habría llegado Toyota al destripar un Tesla, creemos conveniente analizar qué decisiones habría tomado Toyota, según estas mismas informaciones y filtraciones, para revisar su estrategia de vehículos eléctricos. Y, para hacerlo, imaginaremos cómo debería ser un hipotético Toyota Corolla del futuro, siguiendo algunos de los paradigma Tesla.
Y cuando nos referimos al Toyota Corolla en ningún caso decimos que ese vaya a ser el futuro del compacto híbrido japonés, sino a la idea del Corolla como el producto más representativo de Toyota en todo el mundo que, en este caso, aplicaría a un vehículo eléctrico de volumen.
1. Toyota necesita baterías de primer nivel (las tendrá)
Una de las claves del éxito de Tesla reside, primero, en la efectividad de sus sistemas eléctricos y la gestión de la energía. Comenzando, como no podía ser de otra forma, por el empleo de baterías de primer nivel. A lo largo de los años, Tesla ha trabajado con Panasonic, que le ha suministrado celdas de batería que han ido mejorando, considerablemente, en capacidad, densidad de energía acumulada, rendimiento y coste.
Tesla también ha trabajado ya no solo para ensamblar sus propios packs de baterías, sino también para perfeccionar su diseño, mejorando su rendimiento energético y térmico y, como os decíamos más arriba, asegurarse de que el propio pack de baterías goce de una función estructural lo cual, en última instancia, permite ahorrar el espacio, la masa, y el coste, requerido por otros componentes estructurales.
Sabemos que Toyota lleva tiempo invirtiendo y apostando por la tecnología que, de verdad, debería transformar la industria del vehículo eléctrico, que no es otra que la batería de estado sólido. Es una tecnología de futuro, que aún se está desarrollando, y que requiere que se resuelvan multitud de retos. Pero, según los expertos, es una tecnología viable, que podría estar en el mercado a finales de esta década y que permitirá el desarrollo de coches eléctricos con mayor autonomía, tiempos de carga más rápidos y, sobre todo, mayor seguridad y menor coste.
Por otro lado, no subestimemos la capacidad de Toyota para desarrollar sistemas eléctricos de primer nivel.
Cuando lo único que había producido Tesla es un Lotus transformado en eléctrico, y aún no se había entregado el primer Tesla Model S, Toyota ya había vendido más de 4 millones de híbridos en todo el mundo. Y, sin duda, Toyota es a día de hoy uno de los fabricantes (quizás el que más) que más experiencia ha atesorado en la gestión de la energía y el empleo de sistemas eléctricos.
2. Un «Toyota Corolla» puramente eléctrico
Regresando a la idea de ese hipotético Toyota Corolla del futuro, es importante comprender que Toyota lo tendría claro, y el éxito de un eléctrico reside, entre otras cosas, en ser diseñado como eléctrico desde cero. Por lo tanto, y por mucho que Toyota siga defendiendo su tecnología híbrida, ese producto debería ser única y exclusivamente eléctrico. Y gozar de una plataforma dedicada.
Toyota ya dispone de un modelo que se comercializa únicamente como eléctrico de baterías, el Toyota bZ4X. Y otros modelos de la marca que deberían seguir esa misma suerte.
Pero este movimiento supondría, si no renunciar, sí evitar cualquier idea de lanzar productos multienergía, con versiones con motores de combustión interna, y con versiones puramente eléctricas, priorizando el desarrollo de una plataforma eléctrica sofisticada para crear coches puramente eléctricos. Toyota estaría desarrollando una nueva plataforma para vehículos eléctricos que podría estar disponible en 2026.
3. Líneas de ensamblado para vehículos 100% eléctricos
La industria del automóvil ha trabajado durante años bajo un paradigma que, no solo tenía sentido, sino que a priori parecía necesario y la única opción viable a tenor de las ventas que acumulaban los vehículos eléctricos hasta hace bien poco. Sus nuevos eléctricos no solo se construían, en muchos casos, sobre plataformas compartidas con vehículos de combustión interna, sino que también debían producirse en las mismas líneas de ensamblado que sus coches con motor de combustión interna. Son muchas las fábricas en las que nos encontrábamos líneas de ensamblado de las que podía salir un SUV con motor diésel, tras él un utilitario de gasolina, y justo después un coche eléctrico.
Tesla solo fabrica coches eléctricos. Y Toyota, así como otros fabricantes, entienden que para crear eléctricos de primer nivel, y competitivos, será necesario disponer ya no solo de líneas de ensamblado específicas para eléctricos, sino también de centros de producción en toda su extensión diseñados para la ingeniería de sus eléctricos.
El hipotético «Toyota Corolla» del futuro debería producirse en una fábrica específica para vehículos eléctricos y en líneas de ensamblado de las que únicamente saldrán vehículos eléctricos de baterías.
4. El software en el centro del desarrollo del automóvil
Hasta ahora los automóviles se habían construido, esencialmente, bajo el desarrollo de unos sistemas físicos que cumplieran con unos requisitos. Y alrededor de ellos, un desarrollo de software, cada vez mayor, para supervisar multitud de componentes y centralitas independientes, y también para coordinar el funcionamiento de todos esos sistemas.
Tesla es, ante todo, una empresa tecnológica, mucho más, y antes, que un fabricante de coches. Y una de sus fortalezas reside en sus procesos de ingeniería de software.
Probablemente este sea otro de los puntos que reforzará, como otros fabricantes, Toyota. Ya hemos visto algunas marcas de coches contratando a miles de ingenieros únicamente para desarrollar software, que no solo es esencial para crear buenos coches eléctricos, sino también para incorporar nuevas líneas de negocio.