Los vehículos autónomos, capaces de desplazarse sin intervención humana, han generado una gran expectativa, sobre todo a raíz del Tesla Cybercab. Sin embargo, ¿cuándo veremos en España estos robotaxis circulando por nuestras calles? ¿Podemos esperar que lleguen o es solo otro «fanfarronada» de Elon Musk?
Tesla Cybercab: diseño y objetivos
El Cybercab es un robotaxi biplaza, con una estética angular inspirada en el Cybertruck, y tecnología avanzada que permite un funcionamiento autónomo total. Con un precio proyectado de menos de 30.000 dólares, Tesla busca hacerlo accesible para todo el mundo, así como ofrecerlo como parte de una flota para empresas que ofrecen servicios al estilo de Uber.
Para ello, incorpora innovaciones como carga inalámbrica por inducción y un sistema de limpieza automática que reduce la necesidad de intervención humana. Este planteamiento ofrece un costo operativo bajo, haciendo que el modelo sea atractivo para empresas de transporte.
¿Cuándo podríamos ver el Cybercab en producción?
Tesla planea producir el Cybercab en 2026, comenzando en sus fábricas estadounidenses. Según Musk, las primeras pruebas de sus capacidades autónomas no supervisadas comenzarán en EE. UU. en 2025 en otros modelos de Tesla, con expectativas de que el Cybercab circule en 2027.
Sin embargo, estos plazos son ambiciosos y Tesla ya ha tenido retrasos en modelos como el Cybertruck, por lo que es posible que estos tiempos se ajusten.
¿Pueden los coches conducir solos hoy por hoy?
Aunque la tecnología ha avanzado, la conducción autónoma enfrenta aún grandes retos. En lugares como EE. UU., donde compañías como Waymo y Cruise ya operan taxis autónomos en zonas restringidas, han surgido controversias debido a incidentes de tráfico.
Es cierto que todavía es posible tomar uno de estos taxis, y que probablemente son el episodio piloto para que esta tecnología pueda llegar al resto del mundo. Pero deja claro que es algo que requiere de un periodo «beta», en fase de pruebas.
Además, el enfoque de Tesla en usar cámaras y IA en lugar de sensores adicionales, como radares o láseres, puede reducir los costes pero plantea desafíos en precisión y seguridad. Es más, la rivalidad entre las marcas hará que cualquier incidente utilizando la tecnología contraria sirva para promocionar la no implicada.
Con un panorama en el que no está claro si dentro de 10 años conduciremos coches con motor de combustión, coches eléctricos, de hidrógeno, o con combustible fabricado a partir de maíz, resulta aun más difícil saber si la tecnología autónoma estará completamente afinada.
La legislación española: ¿qué cambios necesita?
En España, alcanzar el nivel de autonomía que permite la circulación sin conductor es un proceso complejo.
Actualmente, solo se permite hasta el nivel 3 en vehículos autónomos, lo que implica que aún requieren intervención del conductor en muchos casos. Y sigue siendo algo marginal. Solo unos pocos vehículos con este nivel de tecnología pueden circular ahora mismo por España, y tan solo en algunas carreteras.
Para que un vehículo como el Cybercab opere de forma completamente autónoma, se necesitaría una normativa específica que permita el nivel 5, con definiciones claras sobre responsabilidad en caso de accidente y requisitos de fabricación.
La Dirección General de Tráfico trabaja en una legislación que contemple estos niveles avanzados, primero diferenciando entre los niveles en los que sí interviene el conductor y aquellos en los que el conductor no pinta nada. Pero aquello de ponerse de acuerdo, sobre todo con una tecnología que hoy por hoy no se ha probado más que en algunas zonas del país muy limitadas, parece una quimera.
El precedente Uber podría ser clave
Un aspecto importante será la aceptación del público. La desconfianza en esta tecnología y el temor a los accidentes son barreras que podrían ralentizar su adopción. Máxime si durante ese primer periodo de incertidumbre se produce un accidente o una serie de ellos que puedan ser incluso graves.
Además, el impacto en sectores como el del taxi puede generar conflictos, como ya sucedió con Uber en ciudades españolas. La competencia de los robotaxis podría ser vista como una amenaza por quienes dependen del taxi como medio de vida, dado el alto coste de las licencias que deben pagar.
Y con razón, porque la llegada de los robotaxis directamente destruiría el trabajo de taxista para siempre.
¿Veremos el Cybercab en las ciudades españolas?
El lanzamiento del Tesla Cybercab en Estados Unidos y su eventual llegada a Europa podrían anticiparse hacia finales de esta década, pero en España, la adopción plena de los robotaxis autónomos enfrentará desafíos tecnológicos, legales y sociales que podrían extender ese plazo.
Es posible que no veamos este tipo de vehículos hasta que la infraestructura, la normativa y la sociedad estén plenamente preparados para integrar la conducción autónoma en el día a día.
Lo más probable es que primero veamos cómo esta tecnología se desenvuelve en otros países. Y cuando se hayan pulido muchos de los problemas que pueden llegar ante un uso masivo de este tipo de vehículos o la llegada de este tipo de servicios de robotaxi, será cuando asimilaremos un medio de transporte que podría cambiar para siempre la forma en la que hoy nos movemos en coche.
Y a todo ello habrá que sumar cada caso particular. ¿Qué precio tendría un Tesla Cybercab en Europa si hay que sumarle costes de importación? ¿Su coste operativo seguiría siendo tan rentable como hasta ahora ha afirmado Elon Musk o podría hundir el modelo de negocio en nuestras tierras? ¿Presionarían los fabricantes europeos de coches para evitar la entrada de una tecnología que puede poner en riesgo su negocio?
Muchas preguntas por resolver que irán desarrollándose con el paso de los años. Hasta entonces, el debate está servido.