Los coches eléctricos son coches con menos piezas móviles que un coche de combustión interna. Sus motores son mucho más sencillos y su mantenimiento, en comparación, es mucho más barato y mucho más sencillo. El componente más delicado es la batería, sujeta a fallos y degradación que resulta en una merma de su autonomía. Los coches eléctricos de masas son relativamente novedosos, y por ello es tan llamativo que podamos analizar qué ha pasado en un Tesla Model S tras recorrer 1,5 millones de kilómetros en poco más de siete años. ¿Qué se ha roto?
El Tesla Model S en cuestión es un P85D, adquirido en 2014 por el alemán Hansjörg von Gemmingen-Hornberg. El coche fue usado, como parece bastante lógico, como vehículo de alquiler con conductor – un taxi, hablando en plata. La noticia es que el Tesla Model S del alemán, el pasado día 6 de enero, mientras en España estábamos celebrando el día de Reyes, cumplió nada menos que 1.500.000 km. Una cifra espectacular para cualquier tipo de vehículo. El camino hasta llegar a los 1,5 millones de km de este Tesla no ha estado exento de averías.
Tesla Model S
A los 300.000 km, la batería original del coche tuvo que ser reemplazada. Una batería «prestada» por Tesla fue instalada de forma provisional, pero al alemán le dio tiempo a hacer 170.000 km a dicha batería hasta que su reemplazo definitivo fue instalado. Desde los 470.000 km, mantiene la misma batería, o al menos, no se tienen registros de otro cambio de batería. Cuando el coche cumplió el millón de kilómetros, usaba aún dicha batería, con una mínima pérdida de capacidad – cuando usaba la red Supercharger, nunca dejaba que la carga superase el 85%.
Hay que tener en cuenta que la química y la durabilidad de estas baterías ha mejorado de forma considerable con los años, y eran mucho más delicadas cuando los Model S vivían sus primeros años a la venta. Otro elemento que ha fallado de forma recurrente han sido los motores eléctricos. Se reemplazaron tres motores eléctricos hasta los 700.000 km, y otro motor adicional al millón de kilómetros. Tampoco se sabe si ha habido que hacer más reemplazos desde entonces al actual 1,5 millones de kilómetros.
Muchas de las piezas fueron reemplazadas en garantía por Tesla, por lo que el coste de mantenimiento del coche ha seguido siendo mínimo. La durabilidad de este Tesla no deja lugar a dudas y demuestra que el coche eléctrico es capaz de soportar largos kilometrajes, pero sigue demostrando que las baterías y los motores eléctricos tienen un considerable margen de mejora. Y en definitiva, que la única forma de que un coche aguante semejantes «kilometradas» es cuidarlo, además de invertir dinero y esfuerzo en mantenimiento y piezas de reemplazo.
Fotos del Tesla Model S P85D
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