Todos conocemos las famosas escenas de persecución grabadas desde helicóptero en Estados Unidos. No obstante, para el caso que nos ocupa, el helicóptero ni siquiera tuvo ocasión de despegar.
Una reportera a la salida del concierto
Según informa FOX 11 Los Ángeles, una de sus reporteras y presentadoras llamada Susan Hirasuna aparcó su coche en West Hollywood para asistir a un concierto de la zona.
Tesla Model S
Después del espectáculo, la presentadora descubrió que alguien había robado su Tesla Model S. Tras acudir a una estación de policía con una amiga, los agentes ya habían estado siguiendo la pista del coche debido a conducción imprudente. Entonces Hirasuna cayó en algo muy importante: La aplicación de seguimiento del Tesla.
Un Tesla con solo 25km de autonomía
La persecución comenzó y los oficiales de policía consideraron realizar una maniobra PIT. La clásica en la que se golpea la trasera del coche perseguido para que este haga un trompo.
Sin embargo, la aplicación que detectaba la ubicación del vehículo también indicaba el estado de carga de la batería y, por tanto, el alcance que le permitía.
Al tratarse de algo menos de 25km, la policía decidió simplemente esperar a que el coche se apagara.
¿Tan fácil es robar un Tesla?
Las tres personas que iban en el coche robado fueron detenidas. Uno de ellos era sospechoso de un asalto en Skid Row, en el que una víctima había sido agredida con un hacha. Dentro del Tesla de Hirasuna se encontraron restos de sangre y el coche fue mandado al depósito para investigar más pruebas.
La reportera indicó que este suceso le ha cambiado su visión a la hora de estacionar su vehículo. Eso lleva a plantearse una serie de preguntas. ¿Todo el mundo deja el coche abierto en Estados Unidos como acostumbramos a ver en las películas? ¿Falló el sistema que cierra el coche cuando el propietario se aleja? ¿O es que los ladrones tenían alto conocimiento de cómo se roba este vehículo moderno?
En cualquier caso, es digno de mención el hecho de ser capaz de robar un coche tan tecnológico, pero no tener en cuenta la autonomía de la batería cuando te lo llevas. A pesar del susto que se debió llevar la propietaria, queda la anécdota y nos hace caer en la cuenta de que el coche eléctrico nunca será de utilidad para persecuciones de larga duración. Y no me refiero para «los cacos», si no para la propia policía.