Se trata de una las decisiones de Tesla que más polémica ha levantado en los últimos años y no es para menos. El controvertido volante Yoke, llegó a la última actualización de los Model S y Model X con la intención de revolucionar la conducción, sin embargo su peculiar diseño y funcionamiento no ha convencido a todos los públicos. Y ahora, tras ser un gadget que se ha instalado de serie durante mucho tiempo, resulta que Tesla ha decidido que para «disfrutar» de este volante ahora tendrás que pasar por caja… y no por poco dinero.
Como es habitual en la marca, cada poco tiempo encontramos revisiones en su gama de coches que introducen modificaciones de equipamiento, acabados o precio. Junto a la llegada del nuevo Model 3, la marca americana ha revisado el configurador de los Model S y Model X, descubriendo que el volante Yoke ahora es un extra por el que tendremos que desembolsar 1.000 euros.
Tesla Model X
Cuando este volante llegó al mercado hace apenas un par de años, Tesla comenzó a instalarlo de serie en los Model S y Model X, no existiendo posibilidad alguna de escoger otro diseño de volante. La cuestionable ergonomía del volante, que ya te detallamos en nuestra prueba a fondo del Tesla Model S Plaid 2023, hizo que finalmente Tesla comenzara a ofrecer un volante convencional como opción sin coste para sus clientes, pasando a encotrar que ahora el volante convencional es el que se instala de serie en los Model S y Model X, dejando el volante Yoke como un extra.
La decisión es cuanto menos llamativa, pues además se ha producido sin advertir del cambio, ni explicar las razones que han llevado a la marca a dar marcha atrás con respecto a este gadget. Sea como fuere, en pos de la seguridad y la ergonomía, nos parece que el volante redondo es una mucho mejor opción de compra, por lo menos hasta que Tesla se anime a hacer uso de una dirección «virtual» como la que emplean Toyota y Lexus para solventar el problema de cruce de brazos que aparece en maniobras y giros muy cerrados con los Tesla.