Los test de conducción se hacen normalmente en carreteras cerradas y en estricto secreto. No obstante, Porsche hizo sus pruebas con neumáticos de invierno en “público” y con un fotógrafo acompañando al equipo.
El puerto de montaña de Turracher Höhe, Austria
Según relatan los de Porsche, el empleado Klaus-Peter Köfler les dio a conocer un pequeño pueblo austriaco en el que nació y creció. Un lugar con un puerto de montaña nevado que se había vuelto infame gracias a sus curvas e inclinaciones.
Entonces Ferry Porsche se puso en contacto con su amigo, el príncipe de Schwarzenberg de Austria, buscando un lugar tranquilo para que su joven empresa pudiera probar el Porsche 356 con neumáticos de invierno y cadenas de nieve. El príncipe le propuso realizar las pruebas en sus caminos forestales privados, cerrados al público y de manera gratuita con la siguiente afirmación: “Esta es mi contribución a la seguridad vial”.
El lago helado y un hotel familiar
En la primera semana de enero de 1961, el equipo de Porsche y un camión de transporte de coches de carreras se pusieron en marcha. Todos se instalaron en el hotel Zirbenhof como huéspedes de la familia Kranzelbinder.
El dueño del hotel utilizó su quitanieves equipado con el motor de un Volkswagen Escarabajo de 30CV para crear una pista de maniobras en el lago Turrach.
Cada año, el equipo hacía el mismo viaje la primera semana de enero con algunos coches y un camión cargado de neumáticos de los últimos compuestos fabricados por Continental, Michelin, Bridgestone/Firestone, Dunlop, Pirelli y más tarde, Yokohama.
Relación laboral, tradición de amistad
Turracher se convirtió en un sitio muy especial. El equipo creó vínculos estrechos a nivel profesional y personal. Cuando tocaba, trabajaban con los coches disciplinadamente. En las horas de descanso se juntaban alrededor de la chimenea del hotel Zirbenhof para charlar o jugar a las cartas.
Tras pasar del cronómetro y el portapapeles a equipos de medición electrónica y ordenadores, registraban el rendimiento de los últimos modelos de neumático de invierno en décimas de segundo. Para el equipo todos estos test eran más que ejecutar un programa de pruebas. Llegar al puerto de montaña de Turracher era como cuando unos viejos amigos regresan a casa.
En 1972, deberían despedirse del hogar que representaba el Zirbenhof. El equipo Porsche había crecido en integrantes y el hotel no disponía de suficientes camas. A parte, el camino infame se pavimentó y, como resultado, el volumen de tráfico aumentó. Eso hizo que el turismo descubriese la región y se construyeron nuevos hoteles alrededor del lago Turrach. Las pruebas con los coches perturbaba la paz de los huéspedes (el público), por lo que el equipo Porsche trasladó sus operaciones al más remoto lago Falkert.
Crecimiento y un recuerdo que permanece
La cantidad de modelos en los que se probaban los neumáticos de invierno creció, al igual que el número de compuestos, incluidos los de rally. El propio Walter Röhrl hizo algunos de los test al respecto.
Los fabricantes de neumáticos tomaban como oro la información de Porsche para el desarrollo de sus productos. Al mismo tiempo los nuevos coches, que incluso equipaban tracción total, eran mucho más eficaces en el terreno. Todo esto desató una evolución impresionante. En 1961 se utilizaban neumáticos de lona cruzada con dimensiones 5.60 – 15, mientras que para el cambio de milenio ya existían neumáticos 265/35 R18 que homologaban velocidades de hasta 240KM/H con etiqueta de invierno.
Tantas pruebas con coches y neumáticos diferentes, sumado al detrimento de las nevadas, hicieron que la planificación fuese prácticamente imposible. Con gran pesar, Porsche decidió abandonar el lugar que tan buena hermandad había hecho fraguar a sus trabajadores, para trasladar las pruebas a Suecia y Finlandia. Los últimos test de invierno en Turracher fueron en 2006, pero gracias a las fotografías que se realizaron, el recuerdo de un sitio tan emblemático para la marca permanece.