Una de las dudas que más azotan al comprador de un coche contemporáneo es qué tipo de motor debe elegir. Y no es para menos, ya que no solo estamos abrumados por la cantidad de opciones que existen, sino también por el panorama político que estamos viviendo en cuanto a medidas anti-contaminación. Pero la respuesta no la mejor solución actual no la encontraremos ni en los diésel, ni en los gasolina, ni en los eléctricos, sino en los híbridos convencionales, y el renovado Toyota Corolla tiene mucho que decir al respecto.
Y aunque bien es cierto que no nos encontramos con desorbitados cambios en el compacto de la firma nipona, aquí un servidor ha viajado hasta Málaga para descubrir qué ofrece el compacto japonés. Sí, hay cambios estéticos y tecnológicos, pero el verdadero punto álgido lo encontramos en las revisiones mecánicas que afectan, principalmente, al motor de acceso. Pero no vamos a adelantarnos a los acontecimientos.
El renovado Toyota Corolla tiene mucho que decir a la oleada de nuevas mecánicas
Toyota Corolla
Y pese a que la estética del Corolla no cambia demasiado con este restyling, lo hace lo suficiente como para no desentonar entre sus rivales. Ello lo consigue por medio de un frontal en el que encontramos un nuevo entramado para la parrilla, así como unos marcos para cobijar a los faros antinieabla de la mano de un nuevo diseño para las luces LED tanto delanteras como posteriores.
Pero donde las novedades se tornan más interesantes es en el habitáculo del compacto de Toyota. Aquí nos encontramos con un cuadro de mandos digital de 12,3 pulgadas llamativo, con un alto grado de personalización y con una fluidez perfecta. Como elemento complementario se asienta una pantalla que puede ser, o bien de 8 pulgadas, o bien de 10,5 pulgadas, sintiéndose en su medida más grande algo intrusiva de más en el habitáculo, incluso da la sensación, en una primera instancia, que obstruye algo la visibilidad, pero luego en la práctica no es así.
Sea como fuere, esta ofrece conectividad con Android Auto y Apple CarPlay, y aunque bien es cierto que ha perdido algunos mandos físicos, sigue presentando un buen elenco de estos para compensar el mal endémico que se está viviendo ahora mismo en el mercado. Por otra parte las calidades que, sin hacer el Corolla gala de materiales de primer nivel, nos encontramos con unos ajustes más que correctos y dejando como único contrapunto la presencia del dichoso negro piano.
Pero vamos con el quid de la cuestión, el apartado mecánico. Aquí nos seguimos encontrando con dos opciones: el 1.8 y el 2.0. Durante la jornada de pruebas, pude ponerme a los mandos de ambas versiones y, siendo sincero, donde noté un salto considerable respecto al anterior Corolla fue en el motor de acceso. Estamos ante un bloque de cuatro cilindros atmosférico que, de la mano de un motor eléctrico, produce 140 CV.
En la práctica nos encontramos con un coche más silencioso -algo a valorar dado el comportamiento del cambio CVT y la forma en la que este gestiona la entrega de potencia, especialmente al hacer adelantamientos-, algo posible gracias a una entrega de potencia a más bajas revoluciones. Ello se complementa con una nueva unidad de gestión de energía, mediante la cual se consigue reducir las pérdidas eléctricas en un 14% en el Corolla 1.8 y en un 6% en el Corolla 2.0.
Además de que los consumos también han reducido gracias, en parte, a que el coche es ahora más ligero. Esto es posible gracias a la presencia de una nueva batería de iones de litio que mejora en rendimiento, es más pequeña y, por ende, pesa menos, así como un transeje un 15% más ligero respecto al de la anterior hornada del Toyota Corolla.
Pero, ¿qué pasa cuando nos ponemos a los mandos del renovado compacto nipón? Lo primero es que nos encontramos con un coche bastante neutral en cuanto a sensaciones, pero es lógico dado su enfoque. Sin embargo, eso no impide que el paso por curva sea muy digno al mitigar cualquier balanceo de la carrocería. Pero el punto álgido está en la respuesta de su motor, especialmente en el 1.8.
Y es que pese a que declara menos potencia, este se siente más vivaz que el 2.0, así como ofrecer una sensación global de estar ante un coche más ligero y ágil que el tope de gama. Las prestaciones no son de infarto en ninguno de los dos casos, pero sí que es cierto que a la hora de hacer incorporaciones o adelantamientos, el Corolla de 196 CV lleva la voz cantante, pero no es un extra de potencia que se vaya a echar de menos en otras situaciones.
Al fin de cuentas, nos encontramos con un Corolla 1.8 con capacidad más que suficiente para conducción por ciudad, autopista y carretera. A ello debemos no solo sumarle medias de consumo bastante contenidas, sino también la presencia de la etiqueta ECO sobre el parabrisas. Y es que estos dos últimos aspectos son los argumentos de peso para optar por un coche híbrido.
¿Por qué el coche HEV es la mejor opción?
Y es que en estos tiempos en los que las opciones mecánicas están muy extendidas, puede los mild-hybrid e híbridos sean la opción lógica. Primero porque son motores considerablemente más baratos que los eléctricos e híbridos enchufables, y segundo porque implican una complejidad mecánica considerablemente menor.
Además, no tenemos que adaptar ni nuestra forma de vida ni de conducción al coche HEV, especialmente que este no requiere de carga externa. Es decir, podemos convivir con un coche híbrido como si de un gasolina o diésel se tratase.
Ahora bien, ¿cuánto cuesta todo ello? En el caso del Toyota Corolla nos encontramos con un precio de partida de 24.350 euros, cifra que se asocia al motor de 140 CV, acabado Business y carrocería de cinco puertas. Misma combinación con la carrocería Sedán implica un pago de 26.300 euros.
Añadir a la fórmula el motor de 2.0 litros y 196 CV nos obliga no solo a acudir al acabado GR Sports, sino también a afrontar un desembolso de 30.450 euros. En el caso del Touring, el Corolla parte desde 26.450 euros con el motor pequeño, y desde los 32.050 euros con el propulsor tope de gama.
