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Este es el McLaren F1 japonés con motor de Skyline que hizo soñar a niños y adolescentes pero nunca se hizo realidad

Ya hemos hablado alguna vez del Tommy Kaira ZZ, un deportivo liviano japonés de los años 90 del que se hicieron 220 unidades por parte de uno de esos preparadores nipones que, en un sencillo taller, es capaz de hacer prodigios sobre ruedas. Años después planeó algo mucho mayor, su propio superdeportivo con el que hacer frente a Porsche, Ferrari o Lamborghini, pero la falta de presupuesto hizo que la historia fuera bien distinta. Si has jugado a los Gran Turismo clásicos, posiblemente lo hayas visto o conducido virtualmente: hablamos del Tommy Kaira ZZII.

Del ZZ original al ZZII, con la idea comprada por Autobacs

Tras los problemas que tuvo Tommy Kaira con la normativa japonesa cambiante a finales de los noventa, Autobacs se quedaba con la propiedad de la empresa, lo cual llevó a la creación de dos modelos: por un lado, el ASL Garaiya, coche que competiría durante principios de milenio en la categoría GT300 del Japonés de Turismos/SuperGT (puesto que coincidió con el cambio de nomenclatura). Por otro, un sensacional superdeportivo de motor central que se daría a conocer como ZZII.

También conocido como ASL RS01, debía ser más grande, más fuerte y temible que el ZZ original, su silueta puede recordar a la del McLaren F1. Con un chasis de aluminio y carrocería de fibra de carbono, era un superdeportivo con todas las de la ley con un peso en vacío de apenas una tonelada de peso. Era, en definitiva, un coche de carreras que se podía matricular. O al menos, se hubiera podido con el capital suficiente para llevarlo a la producción.

Propulsado por el mismo motor del Nissan Skyline GT-R, la potencia se elevó hasta los 542 CV

Vista trasera de un Corvette, destacando sus faros redondos característicos.

Por detrás de los dos asientos encontramos el mismo motor RB26DETT del Nissan Skyline GTR R32 (en definitiva, la misma base de los GTR R33 y R34), pero que en vez de dar ‘en torno a 276 CV’ como el pacto de caballeros entre los fabricantes japoneses de aquel entonces, se había preparado (mediante dos turbos) hasta dar unos brutales 542 CV, menos de dos kilogramos por caballo. La elección era obvia dado que Tommy Kaira, tiempo atrás, había llegado a preparar algunos Skyline con su propio kit como las generaciones R30 o R31, de manera similar a como RUF realizaba preparaciones de Porsche con su propia denominación.

Incluso llevaba el mismo sistema ATTESA ETS de tracción a las cuatro ruedas del Skyline R34, siendo en definitiva lo que hubiera sido un Skyline de motor central (Car Throttle). Era capaz de pasar de 0 a 100 en unos tres segundos y de alcanzar los 338 kilómetros por hora – al menos en teoría. De este coche sólo se llegó a hacer un prototipo funcional, con Autobacs interesado en llevarlo a la producción junto al Garaiya (que también se basaba en motor Nissan, en su caso el del Primera).

Fin del proyecto e inicio de una era complicada para Tommy Kaira

La falta de capital hizo que el ZZII nunca fuera más allá de aquel prometedor prototipo y de sus apariciones en la saga Gran Turismo. Curiosamente, en su primera aparición en la saga (Gran Turismo 2) no era tracción a las cuatro ruedas, pues se basaba en la idea inicial de un superdeportivo de tracción trasera y unos 600 CV, más similar a los GT1 de aquellos años. Desde Gran Turismo 3 hasta Gran Turismo 6 mostrarían el ZZII más al estilo GT y con la tracción total derivada del Skyline R34.

Tommy Kaira continuó haciendo preparaciones para coches como los Subaru Impreza, Forester o Legacy, los Nissan 350Z, varios Suzuki (como el m14, un Swift Sport con 193 CV), Toyota o Chevrolet, aunque también se dedicaron a fabricar kits de carrocería. Tras una alianza infructuosa con Rowen, volvería a ser una firma independiente y planeó hacer un nuevo ZZ eléctrico que hubiera rivalizado con el Tesla Roadster. Pero, por desgracia, nos quedamos sin el que hubiera sido uno de los superdeportivos más electrizantes de todo el mundo.

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David Durán

Habiéndose criado a pocos kilómetros del Circuito de Jerez y viendo cierto trío de ingleses hablando de coches desde pequeño, para David Durán decantarse por el mundo del motor no le fue difícil. Desde que se cruzó con un Ferrari F40 y un Lamborghini Diablo en plena carretera en un 'simple' viaje familiar, siempre ha querido estar ligado a la automoción. Seguir leyendo...

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