Toyota se encuentra inmersa en el proceso de presentación y lanzamiento del todoterreno que, sin duda, y sin caer en exageraciones, es el 4×4 con mayor proyección internacional, el Toyota Land Cruiser. Junto al Hilux, ningún otro todoterreno es tan popular en cualquier rincón del planeta, y tan accesible a reparaciones, y repuestos, como el Toyota Land Cruiser.
Mientras contamos los días para probarlo en nuestro circuito 4×4, y comprobar si su rendimiento todoterreno está, como mínimo, a la altura de lo que nos demostró su predecesor, ya os hemos contado todos los detalles de este todoterreno, en texto y en vídeo, e incluso lo hemos contemplado en persona para mostraros en un vídeo nuestras primeras impresiones. También os hemos hablado del Toyota Land Cruiser más atractivo, por su diseño retro, e incluso de su primo más pijo, el Lexus GX.
Y hoy os hablamos de un 4×4 menos conocido, que no aspira a ser el mejor todoterreno del mundo, pero sí mucho más exótico y pensado para ser disfrutado dejando que un chófer conduzca por nosotros.
Un 4×4 para disfrutar en las plazas traseras
En los años sesenta Toyota entendió que necesitaban una berlina de lujo, de representación, de chófer, con la que ofrecer una alternativa nacional a los productos de lujo de los europeos y estadounidenses. De hecho, el Century ha sido históricamente un vehículo de chófer creado por y para Japón, que ahora tiene su equivalente 4×4, aspirando a competir con los más grandes del todoterreno de lujo, productos como Bentley Bentayga o Rolls Cullinan y el escalafón más alto de la gama Range Rover.
Disponible desde 250 millones de yenes, cerca de 160.000 euros al cambio actual, en sus 5,2 metros alberga únicamente a 4 personas, incluido el conductor. Centrándose sobre todo en ofrecer unas plazas traseras con la máxima amplitud, que dispongan de sendos asientos de primera clase, independientes, completamente reclinables, para disfrutar del viaje dejando que alguien conduzca por nosotros.
Para que nos hagamos una idea, Toyota comercializa sus Century únicamente en Japón y la cadencia de su producción, en la que incorporan procesos artesanales y adaptados al alto grado de personalización que se ofrece al cliente, es de tan solo 30 unidades al mes.
Del mejor 4×4 del mundo, al SUV más lujoso
Definitivamente, en el Toyota Century la prioridad no es el rendimiento 4×4 y, de hecho, la plataforma TNGA – de Toyota New Global Architecture – empleada no es la GA-F del nuevo Land Cruiser y el Lexus GX, sino la GA-K del Century sedán, las berlinas de Lexus e incluso el Toyota RAV4.
Toyota ha priorizado en este modelo el confort y aspectos como la calidad de rodadura, trabajando el aislamiento, y empleando un sistema híbrido enchufable basado en un motor V6, con capacidad para circular en modo eléctrico en los trayectos diarios – no ha proporcionado autonomía. Si dispone de tracción total y eje trasero direccional, así como de un modo especial para aumentar el confort en las plazas traseras cuando viajan pasajeros, que asistiría a la frenada para evitar el vaivén longitudinal que se produce en esa situación, especialmente en un vehículo grande y pesado como este.