A grandes rasgos, y con la vista puesta en el sector de los transportes, la población europea, especialmente la de países que ocupan un lugar en primera línea económica, como España, atraviesa un momento en el que la principal barrera empieza a ser la imposibilidad de adquirir un coche para uso personal, a lo que en el caso de las grandes ciudades se suma el hecho de no tener, siquiera, espacio o motivos para tener un vehículo a su nombre.
Esto, en realidad, es un problema para los mayores fabricantes del mundo, que están perdiendo de manera paulatina un cliente al que, con soluciones como la que han presentado recientemente, quieren dar una solución. Se trata del Toyota FT-ME, un coche de tamaño y concepto similares a los FIAT Topolino o Citroën Ami, de Stellantis, que se plantea como una solución más ecomómoca que un coche y también más práctica para las grandes ciudades.






Por esta misma razón, el FT-ME, que de momento es tan sólo un coche conceptual, tiene un tamaño sumamente contenido. De hecho, con 2,5 metros de longitud, no sólo es 1,2 metros más corto que el coche más pequeño de la gama actual de la marca, el Toyota Aygo X Cross, sino que tiene incluso una longitud inferior a la del pequeñísimo Toyota iQ que la marca cesó comercialmente hace ya más de diez años.
Con una estética que deja claro que será un coche disruptivo en términos de diseño, el objetivo de poner en las calles un coche así, estáclaro: no sólo quieren que sea económico (al menos en comparación con un coche normal), sino que también, poniendo el foco en las grandes ciudades, la reducción de su huella en comparación con un turismo convencional es mayúscula, ya que ocupa dos tercios del espacio de un segmento B tradicional, lo que significa que por cada tres FT-ME, habría disponible una plaza más de aparcamiento, que es el mayor problema que se tiene actualmente en el centro de las grandes ciudades.
Según Toyota, con el FT-ME pretenden plantear una solución que aunque es económica, también está ejecutada de manera prémium. Huelga decir, que con este tamaño y aspiraciones, se trata de un coche eléctrico puro. Más allá de esto, por contra, no se tienen datos técnicos, aunque los japoneses sí han confirmado que acabará llegando a las calles con una autonomía de en torno a 100 kilómetros con una carga completa de su batería.
Su llegada al mercado no ha sido confirmada categóricamente por parte de Toyota, pero en su lugar, tal y como informa informa Quattroruote, podría hacerlo. Y es que han recogido unas declaraciones de Stijn Peeters, responsable de la división de Nueva Movilidad de Toyota, en las que ha señalado que «existe un mercado para un vehículo como éste. Y Toyota es capaz de producirlo a gran escala a bajo coste».
Imágenes del Toyota FT-ME





