Porsche, Mercedes, BMW, una nueva era para los vehículos deportivos ha comenzado y, de momento, Toyota ha comenzado a revelar sus cartas.
El futuro de los deportivos según Toyota
Resulta sorprendente que, en el momento en que muchos deportivos están desapareciendo, Toyota haya conformado una de las gamas más deportivas de su historia, y de la industria. GR Yaris, GR 86, GR Supra, coches que nos hacen disfrutar hasta la última gota de gasolina consumida. Deportivos que, sin duda, podríamos definir como coches de cuulto.
Primero en Tokio, y ahora en el evento anual Kenshiki de Toyota en Bruselas, donde hemos podido conocerlo en persona, Toyota nos ha desvelado un prototipo que anticipa cómo será el futuro de los coches deportivos.
Vídeo: El deportivo del futuro
Con un nombre un tanto críptico, el Toyota FT-Se anticipa una nueva era para los deportivos en los que estos se liberan de los encorsetamientos a los que han estado sujetos por la combustión interna. Y nos recuerda también los principios que rigen a la hora de diseñar un deportivo.
Lo primero que uno debe decidir al diseñar un deportivo es en qué lugar se sitúa motor. Y esta decisión no solo condicionará su rendimiento y dinámica, sino también su apariencia.
Eliges colocar el motor detrás, como en un Porsche 911, o en posición central, como en superdeportivo. O eliges colocarlo delante, quizás con la caja de cambios detrás, un transeje. Eliges si quieres tracción delantera, trasera, o total.
Un deportivo con diseño de motor central
Estas elecciones condicionan el diseño de un coche. La posición del motor es responsable de que un superdeportivo Ferrari o Lamborghini sean tan reconocibles.
Cuando no necesitas decidir dónde vas a colocar un enorme de combustión interna, y la transmisión, sino escoger la posición de las baterías y de unos motores eléctricos que son mucho más compactos, lo que consigues es disponer de una carta que te da la libertad para crear un deportivo con un diseño tan exótico como este, propio de un deportivo de motor central.
Y esa es la clave del Toyota FT-Se y, quizás, del futuro deportivo eléctrico de Toyota. Un deportivo que parece de combustión interna, y motor central, pero no lo es.
Un deportivo muy bajo y de diseño radical
En persona, el Toyota FT-Se luce tremendamente deportivo y radical. Es compacto, pero sobre todo muy bajo.
Con 1,22 metros de altura es más bajo que un Porsche 718 Cayman (1,3 metros) o un Alpine A110 (1,25 metros). Su estética es propia de la tradición del superdeportivo de motor central, de un legado histórico engalanado por los superdeportivos más exóticos, como el Lamborghini Miura, o los más accesibles, como el Toyota MR2.
El Toyota FT-Se dispone de un frontal de voladizo corto y en forma de cuña.
Las baterías y su tecnología serán clave para los deportivos
Su estética y, su estatura, anticipa también la tecnología de que podría disponer Toyota en el momento que este deportivo llegue a los concesionarios, si es que este lanzamiento se produce. Para ello deberíamos esperar como mínimo hasta 2026 o 2027, momento en el cual Toyota ya dispondrá de eléctricos de producción con baterías bipolares, que alcanzarán autonomías de hasta 1.000 kilómetros, y baterías de estado sólido, con recargas rápidas «completas» (20%-80%) en apenas 10 minutos.
Probablemente este deportivo no necesite tanta autonomía. Y esto, sin duda, es una buena jugada. Porque esta tecnología de baterías permitiría emplear packs mucho más finos, y ligeros, lo que siempre es deseable en un deportivo.
Radical, por dentro y por fuera
En el interior de la cabina no nos sorprende encontrarnos con muchas pantallas y un interior exótico, propio de un prototipo. Pero, de nuevo, sorprende un puesto de conducción tan bajo, que debería posicionarse sobre los packs de baterías. También la ausencia de túnel central, lo cual hubiera sido un requisito indispensable, para la transmisión, en un deportivo de combustión interna.
Toyota podría haber ocupado el túnel central con baterías. Pero, al menos en este prototipo, prefirió que ese espacio quedara libre, aumentando la sensación de espacio en el habitáculo siempre angosto de un deportivo.
El puesto del conductor y del pasajero habrían quedado delimitados por una extensión del salpicadero, acolchada, según la marca para evitar que el conductor y el pasajero reciban golpes al conducir a un ritmo muy alto, en carretera, o en el circuito.
La autonomía, clave en el deportivo eléctrico
Es una pena que en estos momentos aún no podamos confirmar cuándo llegará este deportivo a los concesionarios y ni tan siquiera si llegará como tal. Sin duda, nos encantaría que este prototipo se convirtiera en un deportivo de producción y que su diseño no cambie con respecto a lo que hemos conocido estos días.
Tampoco conocemos datos clave, como su posible potencia, sus prestaciones, o su autonomía. La autonomía es, sin duda, uno de los aspectos más críticos en un deportivo que, con unas limitaciones de espacio, y requisitos de masa, estrictos, requiere buscar un equilibrio aceptable para conseguir la autonomía necesaria en un deportivo.
La autonomía suficiente en un deportivo
¿Y cuál es la autonomía necesaria en un deportivo?
A mi juicio la que permite que ese deportivo se adecúe a los casos de uso de sus clientes. Para mí un deportivo no tendría ningún sentido si no me permitiera, con una carga completa, quedar con los amigos, llegar hasta mi tramo favorito, disfrutar de las curvas, hacer un alto en el camino para comer y regresar a casa sin el estrés de quedarme sin batería.
Cubrir una jornada de circuito con una carga completa, sin tener que parar a recargar, o nuestras rutas de montaña favoritas, bien podrían ser dos casos de uso muy razonables que marcarían la autonomía necesaria en un deportivo, eso sí, subjetiva y propia de cada conductor. A fin de cuentas, un deportivo no está pensado únicamente como medio de transporte, para ir de casa al trabajo, y del trabajo a casa.
¿Y si realmente fuera un deportivo de motor central?
En un momento en el que Toyota sigue tan volcada con la combustión interna, no puedo evitar lanzar un ejercicio de ficción. ¿Y si este deportivo dispusiera de un motor de combustión interna?
Si así fuera, no tengo ninguna duda, su posición necesariamente debería ser central. Otra cosa es su tecnología y naturaleza. ¿Híbrido, turbo o atmosférico? ¿Con cuatro cilindros en línea o seis en uve?
Dicho lo cual, tan solo recomendaros ver en más detalle a este deportivo, y nuestro análisis, en el vídeo que pudimos preparar en el Kenshiki de Toyota en Bruselas. Y también que nos dejéis en los comentarios el motor que escogeríais para él.