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Este Toyota IQ 4x4 es el todoterreno de bolsillo más divertido (y capaz) con el que te vas a cruzar

¿Os acordáis del Toyota iQ? Toyota planteó un urbano muy compacto con espacio para cuatro personas que era perfecto para el día a día en la ciudad, pero las ventas no le acompañaron en su corta historia. Hoy todavía es posible ver alguna unidad por la calle aunque, a buen seguro, nada tiene que ver con este Toyota iQ 4×4, que se antoja como el todoterreno más pequeño… y también el más divertido.

Eric Storz transformó su Toyota iQ en un todoterreno aprovechando un Suzuki Grand Vitara de segunda generación: conservó el chasis del primero y lo fusionó con el tren motriz del segundo. Un trabajo minucioso porque estamos hablando de dos modelos completamente diferentes en todos los sentidos: el iQ medía 3,051 metros y el Grand Vitara de cinco puertas alcanzaba los 4,135 metros.

Toyota Iq 4x4 03

Un V6 dentro de un Toyota iQ

El primer paso fue acortar el bastidor del Suzuki recortando en 44,5 centímetros la distancia entre ejes y en 40,6 centímetros el voladizo trasero. Cuando ambos modelos fueron compatibles en tamaño, llegó el momento de adecuar el interior: se decantó por la consola central del Grand Vitara y tuvo que retocar todo el cableado de los dos vehículos para que funcionara tanto el equipamiento del iQ (luces, climatización, elevalunas eléctricos…) como el tren motriz que había recibido.

Culminadas estas fases, Eric Storz se metió de lleno en la mecánica y la puesta a punto de su particular Toyota iQ 4×4. Utilizó piezas de un Jeep Grand Cherokee de 1998 para dar forma a la parte delantera del tren motriz y fabricó la parte trasera a medida con piezas originales. Trasladó el tanque de combustible al lado del conductor y colocó el V6 atmosférico de 2.5 litros firmado por Suzuki bajo el capó del pequeño urbano japonés.

Toyota Iq 4x4 05

Puesta a punto

La potencia (155 CV) se envía a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática de cuatro velocidades. La puesta a punto del iQ 4×4 continuó con un kit de Altered Ego que sirvió para elevar el coche 7,6 centímetros, resortes helicoidales SoftRide, silentblock traseros SuperFlex y nuevos ejes (delanteros y traseros) con bloqueo. El toque final llegó con el calzado elegido para la ocasión: sustituyó las llantas originales de 15’’ por unas de 17 calzadas con neumáticos todoterreno Cooper de 31 pulgadas.

Eric Storz cuenta a Carscoops que necesitó noventa horas de trabajo para culminar la transformación del Toyota iQ y una inversión total que oscilaría entre los 6.700 y los 7.200 euros. Desde entonces (2020) ha recorrido más de 8.000 kilómetros a bordo de este curioso todoterreno. Aunque ya no es aquel perfecto urbano, tiene pinta de haberse convertido en un 4×4 imparable fuera de la carretera.

Imágenes: Carscoops y Eric Storz

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Elena Sanz Bartolomé

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