No es fácil extraer todo el potencial de una verdadera bestia del todoterreno como el Mercedes Clase G, el Land Rover Defender o el Toyota Land Cruiser. Sin embargo existen preparadores lo suficientemente valientes como para intentarlo y la mejor prueba de ello la tenemos en este nuevo monstruo del 4×4, que ha sido creado en Japón con el único objetivo de plantar cara a Brabus usando el mejor todoterreno de Toyota.
El Toyota Land Cruiser más salvaje es obra de Wald International
Si Mercedes tiene a Brabus para hacer realidad las creaciones más extremas y surrealistas que podamos imaginar, Toyota tiene a los japoneses de Wald International para hacer exactamente lo mismo. Y la última «víctima» de Wald ha sido nada menos que el nuevo Land Cruiser 250, un todoterreno que ha recibido no pocas modificaciones en pos de convertirlo en el 4×4 definitivo.
Bajo el pomposo nombre de Desert Series Black Bison Edition, Wald International ha convertido al Land Cruiser en un monstruo capaz de medirse sin tapujos a los mejores Clase G preparados por Brabus.
Desde el punto de vista estético, este Land Cruiser estrena un nuevo capó donde se ha integrado una enorme toma de aire frontal. El paragolpes delantero estrena nuevo diseño más agresivo, con iluminación LED integrada y mejores protecciones. Sobre el techo se ha instalado una suerte de visera que también integra luces LED de alta intensidad, culminando en una suerte de alerón deportivo sobre el portón del maletero.
En la vista lateral apreciamos un notable ensanche de la carrocería para dar cobijo a las enormes llantas beadlock empleadas, así como a las estriberas instaladas. Estos «añadidos», además de aportar un plus de carácter al conjunto, prometen mejorar la protección a la hora de sufrir golpes y arañazos durante la práctica 4×4, acompañándose de protecciones metálicas en los bajos cuyo objetivo es salvaguardar los componentes vitales ante cualquier posible impacto.
Wald no ha querido ofrecer demasiados detalles sobre las mejoras realizadas a nivel técnico, pero sí que sabemos que la suspensión ha sido reemplazada por un nuevo equipo mucho más capaz, brindando un mayor desempeño dentro y fuera de asfalto, así como un incremento de la altura libre al suelo.
En función de nuestras necesidades, el Land Cruiser Black Bison puede adquirirse en configuración de «calle» con neumáticos 100% asfalto y altura rebajada, o bien en configuración «todoterreno», con el kit de elevación de suspensión y neumáticos All Terrain dispuestos a exprimir todas las capacidades 4×4 del Land Cruiser.
El precio de transformar el Toyota Land Cruiser en esta bestia de Wald International es desconocido, pero lo que sí sabemos es que la primera unidad ya ha sido fabricada, que sólo está disponible por el momento en Japón y que el importe final para disfrutar de este nivel de preparación no baja de las 5 cifras si hablamos en euros.
