Por fin se ha anunciado la noticia que ya os adelantábamos ayer mismo, la confirmación de la localización escogida por Toyota y Mazda para su nueva fábrica en Estados Unidos. Tal y como ya se venía comentando estos días, Toyota y Mazda levantarán una nueva fábrica en Alabama. Un proyecto que para entenderse requiere analizar dos aspectos. El primero, la importancia de Toyota en Estados Unidos, y los planes de Mazda para crecer en el país. El segundo, la situación política en Estados Unidos desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Los intereses de Toyota y Mazda en Estados Unidos
En este acontecimiento han confluido varios factores que han llevado en última instancia a Toyota y Mazda a unirse en un proyecto común, que indudablemente beneficiará a estas marcas. Toyota inicialmente había previsto fabricar en México la próxima generación del Toyota Corolla, un sedán muy importante para la marca, que no solo es uno de sus modelos más populares para la marca, junto al Toyota Camry, sino también uno de los productos más vendidos del mercado estadounidense. En abril de 2015 se anunciaba que Toyota produciría el nuevo Corolla en una nueva fábrica en Baja, México.
En menos de dos años se produjo la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump. También se hicieron públicas sus amenazas directas a la marca japonesa, y a todo fabricante que no decidiera producir sus coches en Estados Unidos. Y se vislumbró un panorama en el que la ventaja de producir en México un coche de mucho volumen en Estados Unidos desaparecían con la certeza de tener que acarrear con importantes aranceles.
300.000 coches al año de Toyota y Mazda
En agosto de 2017 conocíamos el cambio de planes de Toyota, que decidía producir el Toyota Corolla en una nueva fábrica en Estados Unidos, y que la nueva fábrica de México se encargara del Toyota Tacoma.
En este plan para producir el nuevo Toyota Corolla en Estados Unidos entraba Mazda, que también tenía interés en producir localmente un nuevo SUV destinado al mercado estadounidense. De esta forma, Toyota y Mazda ya han decidido que su nueva fábrica estará localizada en Huntsville (Alabama), a unos 22 kilómetros de otra fábrica que ya posee Toyota para la producción de motores.
Se espera que la capacidad máxima de producción de esta fábrica sea de 300.000 vehículos al año, aunque desconocemos qué capacidad aprovechará cada marca. Lo que sí sabemos es que Toyota y Mazda invertirán un total de 1.600 millones de dólares, a partes iguales. También que se generarán 4.000 empleos y que el inicio de la producción tendrá lugar en 2021. Un movimiento por el que, sin duda, Trump ha de alegrarse. Alabama es un estado en el que Trump arrasó en las presidenciales de 2016, superando por 28 puntos a Hilary Clinton. Un estado en el que existen en torno a 57.000 empleos relacionados con la producción de automóviles, entre fabricantes y proveedores.