Desde hace tiempo venimos advirtiendo la presión que están sufriendo los fabricantes en Estados Unidos desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, y de los esfuerzos de la nueva administración por apoyar, desde el proteccionismo, a su industria. Esa presión tiene como resultado movimientos como la asociación entre Toyota y Mazda para conformar una empresa común en Estados Unidos. A la espera de un inminente anuncio oficial, parece que finalmente Toyota y Mazda levantarán una fábrica conjunta en Alabama, lo que a la postre es también una victoria para Trump, además de un acuerdo beneficioso para ambas marcas. Lógicamente un movimiento de estas características no solo se debe a la presión gubernamental, pero seríamos muy ingenuos si nos olvidáramos del discurso que se ha impuesto en Estados Unidos en el último año y los ataques directos lanzados por Trump a Toyota, y a toda la industria del automóvil, en general.
¿Por qué se han unido Toyota y Mazda?
La economía de escala resulta crucial para mejorar la rentabilidad en la producción de un coche. La situación política en Estados Unidos, los beneficios inherentes en producir en el mismo país en el que tienes tanto interés en vender esos coches, y la necesidad de evitar los aranceles, hicieron que Toyota y Mazda consideraran la necesidad de fabricar sus productos en Estados Unidos.
De esta fábrica se espera que salgan uno o varios SUV de Mazda, así como uno de los productos estrella de Toyota, el sedán Toyota Corolla. Hablamos de modelos muy importantes para ambas marcas en Estados Unidos.
La presión de Donald Trump
Hace ahora exactamente un año desde que Donald Trump ya apuntara con el dedo directa y públicamente a Toyota. En abril de 2015, la marca japonesa anunciaba que el Toyota Corolla que hasta ahora se fabricaba en Ontario, Canadá, comenzaría a producirse en los próximos años en Baja, México (ver nota de prensa de Toyota). Aquel movimiento desataría las iras del que a menudo es reconocido como el líder del mundo libre.
En agosto de 2017 se confirmaba que Mazda y Toyota se unían para producir coches en Estados Unidos y que el Corolla, que inicialmente iba a producirse en México, saldría de esta fábrica, cambiando los planes para la fábrica de Baja que ahora producirá el Tacoma en su lugar.
Según apunta Automotive News, y probablemente anuncien sendas marcas muy pronto, el lugar escogido para el establecimiento de esta nueva fábrica será Alabama, donde Toyota ya dispone de una fábrica de motores, y una importante red de proveedores. La victoria de Trump en Alabama en las presidenciales de 2016 fue aplastante, superando por más de 28 puntos a la candidatura de Hilary Clinton.
Hasta ahora, Toyota disponía de 11 fábricas en Norteamérica. En el último año fiscal de la marca – que finalizó el 31 de marzo de 2017 – un 23% de sus coches fueron producidos en Norteamérica y este mercado supuso un 32% de sus ventas.
Sin duda, este es un movimiento importante para Toyota, para Mazda, para la región en la que se levantará la fábrica y para el objetivo de Donald Trump de apoyar – a menudo con métodos poco ortodoxos – la producción de coches en Estados Unidos.
Se espera que la producción de la nueva fábrica de Mazda y Toyota cuente con una capacidad de hasta 300.000 vehículos. Hablamos de una inversión de 1.600 millones de dólares. Y también hay que tener muy en cuenta que se crearán alrededor de 4.000 empleos, cuando la fábrica comience su actividad en el año 2021.