Toyota siempre ha destacado en la puesta a punto de sus vehículos más prestacionales, pero al dueño de este Toyota MR2 no le debió parecer suficiente el trabajo de los japoneses y decidió hacer una serie de modificaciones por su cuenta. Lo cierto es que no parecen tener un objetivo específico de mejora: razón por la que el secreto alemán que guarda en su interior se convierte en todo un sacrilegio para el deportivo nipón.
Si os fijáis en este Toyota MR2 no tardaréis en daros cuenta de que la carrocería es ligeramente distinta a la original: el dueño tuvo que alargar la distancia entre ejes en 260 milímetros para llevar a cabo la reforma mecánica. Los faros escamoteables son, ahora, LED, los retrovisores exteriores son eléctricos y las llantas de cinco radios están firmadas por Audi.
Audi A6 Allroad quattro
En el interior se ha instalado un volante Momo y los asientos han sido revestidos en cuero negro y azul y, además, tienen ajuste eléctrico. A nivel tecnológico, este MR2 cuenta con una pantalla situada en la parte central del salpicadero con datos sobre la conducción, un nuevo sistema de infoentretenimiento y un retrovisor interior con cámara de marcha atrás. Lo más peculiar, sin duda, son los indicadores ubicados frente al copiloto donde se desvela la temperatura del agua, la presión del aceite motor…
Adiós 2JZ, hola V8
Bajo ese azul metalizado no encontraremos el 2JZ, el motor de seis cilindros en línea de Toyota: son muchos los propietarios que deciden sustituir el bloque original por otro para obtener mejores sensaciones. Lo lógico es decantarse por una unida más pequeña, pero este conductor decidió que sólo serviría la potencia alemana.
Debajo de esa cubierta de ‘aftermarket’ surge un V8 de 4.2 litros procedente de un Audi A6 allroad al que ha añadido un turbo y ha combinado con una transmisión automática de tres velocidades de un Audi 5000. El dueño confiesa que no sabe cuánta potencia entrega, pero estima que tendrá 400 caballos de fuerza.
¿Y la esencia del Toyota MR2?
Un sacrilegio que se fraguó a lo largo de cuatro años: ¿por qué sacrilegio? Cuando Toyota concibió el MR2 buscaba dar forma a un biplaza descapotable pensado para los amantes de la conducción deportiva. Un vehículo que pudiera transmitir sensaciones increíbles al volante.
Y para lograr esa dosis de diversión elaboró una receta en la que cada componente es necesario. El Toyota MR2 es ágil y obedece cada orden con precisión marcial por todos esos ingredientes: una dirección rápida, suspensiones deportivas, un peso contenido, el motor 2JZ y una caja manual con los desarrollos cortos. Los tres últimos se desvanecen con la llegada del V8: el reparto de pesos que hizo Toyota se descompensa, la transmisión es ahora automática y el propulsor ya no es ese bloque central ubicado entre los asientos y las ruedas traseras.
Ya no es el deportivo que uno espera encontrarse cuando se pone a los mandos de un Toyota MR2, pero supongo que es lo que buscaba su dueño: para gustos, los motores…
Imágenes: Marty Sweatt